sábado, 2 de julio de 2011

José Monge Cruz, presente

Hoy se celebra una aciaga efemérides: se cumplen 19 años sin Camarón de la Isla. Aquel 2 de julio todo el mundo del flamenco se templó por seguiriyas repletas de pena negra. Se apagó la voz más conmovedora del flamenco, la Isla se quedó huérfana, las bajañís de Paco y Tomate destilaban lágrimas en lugar de falsetas por el adiós de un genio del flamenco que sabía frotar en cada estilo la lámpara de los duendes. Las gitanas morenas no se sentaron en el Albayzín ni fabricaron canastas a la sombra verde y clara de la torre de la vela, las camisas se abrocharon porque una leyenda del tiempo paró su reloj vital.


Si computo todas las horas que he escuchado a Camarón podrían resultar semanas e incluso meses. En cada minuto e incluso en cada segundo de su cante he captado de la grandeza de un instante y he escudriñado los detalles plagados de dificultad que sólo este 'fuera de serie' podía conseguir. Esa voz labrada en la fragua de su padre Luis, esos quejíos que brotaban desde los tuétanos del alma que tanto me han emocionado y siguen cautivándome. Siempre comento que me moriré con la pena de no haberlo escuchado cantar en directo. Le he preguntado a mis padres muchas veces cómo eran sus recitales. Mi madre recuerda cómo, sin ser gran aficionada al cante, se emocionó al escuchar a un Camarón jovencísimo que actuó en mi pueblo de la mano de Valderrama. Al último concierto que fue mi padre, en el festival de Pegalajar a finales de los 80 me podría haber llevado, pero tampoco me hubiera enterado de mucho porque este humilde escribano contaba con poco más de cinco años.

Hace unos meses hablaba con mi buen amigo Alejandro Reyes del último concierto que ofreció en el colegio 'San Juan Evangelista' poco antes de su sempiterno adiós. El fundador de 'El Johnny' me comentaba que cantó pa rabiar esa noche. Reyes me regaló gentilmente el disco que han editado de este último recital y lo he escuchado ya más de doscientas veces. Soleá por bulerías, tarantos, bulerías, tangos y fandangos que viajan conmigo en el coche por las carreteras andaluzas. No me mentía Alejandro, esa noche el de la 'Isla' echó sangre por la boca. Quizás él sabía que era su despedida de los tablaos, incluso en las letras que eligió: 'Pa que quiero los dineros, si no me sirvan pa ná, salud es lo que yo quiero y no la pueo comprar'; 'qué alegría tiene tol mundo, qué penita tengo yo'. En el texto del libreto del disco, el gran flamencólogo José Manuel Gamboa asegura que "llegó muy tarde, pero llegó. Venía de Nimes y en su rostro se reflejaba un cansancio infinito. No podía faltar, él mismo nos dijo:'Esta afición tan joven y tan buena se merece que esté yo aquí'. ¡Cómo cantó! En cuanto tomó asiento en el escenario sus fatigas volaron. Lo dio todo, arriesgando en cada nota y saliendo triunfante. Lo que parecía imposible sucedió. Subió su propio listón.. fue el último delirio compartido. La postrera aparición público del genio de la Isla".

Se fue en 1992, hace ya casi dos décadas. Pero el gitano más universal sigue vivo en la memoria y en los corazones de los que amamos el flamenco. José Monge Cruz, presente.

5 comentarios:

  1. Ole, por el blog y por Camarón.
    Que nadie se olvide de que Camarón cada día canta mejor!!!!

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  2. Ole, de verdad por tu comentario. Vivan los buenos aficionaos y los que saben de esto. Un abrazo y no pierdas nunca a Camarón, más que nada porque no podrás entrar a tu casa (lo digo por tu llavero) jeje.

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  3. Me veo obligado a publicar este comentario tan hermoso que me ha llegado por email de mi amigo y gran aficionado y conocedor de la cultura flamenca como Isaac Rodríguez Pacha. Aquí lo dejo:

    "Yo tuve la dicha, y siempre lo cuento, de asistir a ese último concierto de Camarón en el 'Johnny', y de verdad, amigo Antonio, que fue extraordinario. Camarón, algunas veces, era un ave Fénix que renacía de sus cenizas. O un Prometeo que, después de robar el fuego de los dioses, regeneraba sus propias entrañas devoradas por las fatiguitas de la vida. Viva siempre Camarón y ole por los aficionaos buenos".

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  4. Muchas noches sueño que mañana Camarón actúa no sé dónde y me veo haciendo cola pá sacar la entrada.

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  5. Ojalá fuese verdad ese sueño porque yo siempre me quedaré con las ganas de haberlo escuchado en directo. Un abrazo, Andrés.

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