jueves, 24 de mayo de 2012

Flamenco cum laude

Un programa de doctorado, que podría extinguirse con los nuevos planes de estudio, forma a doctores en flamenco en la Universidad de Sevilla

Antonio Alcántara

Doctor en flamenco. A este título, que no sirve para recetar una seguiriya de Manuel Torre o una malagueña del Mellizo, aspiran más de 130 alumnos de posgrado de la Universidad de Sevilla. El flamenco está inmerso con mucho compás en el tercer ciclo de la institución académica hispalense al ritmo del doctorado “El flamenco: un acercamiento multidisciplinar a su estudio”, cuya denominación constata que no es un cursillo o conferencia liviana y superflua sobre la jonda materia. Esta genial iniciativa surgió gracias al esfuerzo ímprobo de docentes universitarios y totalmente por amor al arte, en este caso al jondo. “El flamenco tenía que adquirir rango académico y entrar en la formación e investigación universitaria”, asevera la profesora Eulalia Pablo, coordinadora actual del programa y auténtica alma máter junto con José Luis Navarro y Cristina Cruces, la primera directora del doctorado.

Desde que comenzara en 2004, los estudiantes de este programa interdepartamental, único en todo el mundo, han aportado a la investigación flamenca una seria y vasta gama de trabajos. Estudios tan diversos como “La saeta en Extremadura” de la investigadora y cantaora Raquel Cantero, “Flamenco y Radio en Sevilla desde 1924 a 2010” del periodista Ildefonso Vergara, “El pie de la bailaora de flamenco” de José Manuel Castillo o una magnífica biografía y análisis estilístico y musical de José Cepero realizada por el investigador y crítico Antonio Conde. Hasta un servidor se ha atrevido a hacer la tesina sobre "Los cantes de labor de Torredelcampo". 

Dentro de este programa hay ya cuatro alumnos que han conseguido el título de doctor, además otros cincuenta han presentado sus tesinas y ya pueden ronear de su Diploma de Estudios Avanzados. Kyoko Shikaze consiguió este título, pasaporte previo a la tesis, con su proyecto “El flamenco en Japón”. A la manida pero obligada pregunta de qué tiene el arte jondo que tanto atrae a sus paisanos, responde con gracia: “Nos gusta mucho porque tenemos muy buen gusto, pero también nos apasiona el jazz, la salsa o el tango argentino”. La corresponsal de la revista japonesa especializada “Paseo Flamenco”, que ha acompañado como traductora a Paco de Lucía, Sara Baras, Joaquín Cortés o Vicente Amigo, decidió matricularse para “ordenar mi conocimiento y mirar el flamenco de otra manera”.

Como asevera Kyoko este doctorado, ahora reconvertido en máster, ofrece al alumno una perspectiva más amplia sobre el flamenco. El estudiante de este programa debe cursar durante el primer año 30 créditos siempre con el flamenco como eje vertebrador entre asignaturas variopintas como “Historia del baile”, “Los medios como agentes de socialización del flamenco”, “Los estilos flamencos y su didáctica” impartida por la profesora Pablo, “Género y Flamenco. La sexuación del arte” de la antropóloga Assumpta Sabuco o “La complejidad musical del flamenco: estructuras armónicas y rítmicas” a cargo del guitarrista y doctor en Filología Hispánica, Francisco Escobar. El profesor sevillano, uno de los más implicados en las coordinaciones de los proyectos, corrobora la importancia de este programa que “ofrece unas estrategias formativas e interdisciplinares que facultan al doctorando en el proceso de forja paulatina de una tesis rigurosa, artículos publicables en revistas de impacto y sometidas a un sistema de revisión de pares (réferit)”. Escobar añade que “de esta manera el futuro especialista podrá contribuir al desarrollo científico de nuestro campo, dando, al tiempo, un paso adelante en el avance de los estudios sobre su objeto de análisis”.

Pero este doctorado no está sólo concebido para fomentar la investigación en materia flamenca, sino para “ponerlo a la altura de otras artes o disciplinas y una desvinculación significativa a antiguos tópicos”, como reconoce la cantaora Rocío Márquez, otra alumna del programa. Esta joven onubense, ganadora de la Lámpara Minera en 2008, considera que es muy importante que el flamenco esté en la universidad porque es una “responsabilidad de todos los que amamos nuestra cultura hacer que el flamenco, un modo de expresión artística de nuestro pueblo, esté al alcance de todo el que quiera conocerlo y acercarse a él”. Al igual que Márquez, el bailaor malagueño Manolo Albarracín ha decidido inscribirse este curso en el programa ya que considera que el flamenco es parte de la historia de Andalucía. “Hemos crecido hablando de él, cantándolo y bailándolo, disfrutándolo y presumiendo de él cuando viajábamos a otros países, por eso es necesario que se estudie para que apreciemos aún más su riqueza y le demos la importancia que realmente tiene ya que es una de nuestras insignias”, asevera este nuevo alumno.

Los estudiantes de este doctorado no son todos andaluces o españoles, sino que proceden de diversas partes del mundo como Italia, Dinamarca, Holanda, Brasil, Corea o Estados Unidos constituyendo un auténtico crisol cultural en las aulas sevillanas con una pasión común: el flamenco.

A pesar de la buena marcha y del éxito cosechado durante los siete cursos del programa, no está asegurada su continuidad en los próximos años debido a boloñeses planes. La directora del doctorado comenta que “tenemos la satisfacción de lo conseguido, la respuesta de nuestros alumnos y, por otra, la carrera de obstáculos que hemos tenido que realizar y que, con los cambios de los nuevos planes de estudios, va a dar al traste con el actual programa de doctorado, que seguramente desaparecerá cuando empezaba a dar sus frutos”. Sería una pena negra como la de una seguiriya que se parase el compás en las aulas universitarias sevillanas. 

martes, 1 de mayo de 2012

Farruquito: "Soy flamenco desde que me levanto"

Antonio Alcántara / Almería


"El Camarón del baile" o "el príncipe gitano" son algunos sobrenombres que compañeros de profesión le han atribuido al bailaor Juan Manuel Fernández Montoya "Farruquito". Flamenco desde el alba al aurora es heredero de una de las estirpes más flamencas y admirador de la música de Michael Jackson. 


Los aficionados tenían muchas ganas de verlo bailar, ¿estaba ansioso Farruquito por volver a los escenarios?
Yo llevo toda mi vida bailando. Desde que tenía cuatro años he estado por ahí dando vueltas. Así que tenía muchas ganas y más con este espectáculo que es una forma nueva que yo he hecho con músicos como violinistas, pianistas a la percusión. Además, bailo solo en el escenario que es una cosa que no había hecho nunca. Estoy loco por seguir mostrando mi baile a la gente.
Lo han definido como el Camarón del baile, el príncipe gitano, ¿estos halagos de compañeros le dan mucha fuerza para bailar?
Que me digan cosas de este tipo es muy fuerte para mí. Yo no considero todavía que me puedan comparar a esos niveles. Camarón fue un genio y yo todavía soy muy joven y estoy muy lejos de eso. Pero la verdad es que eso te da fuerza.
¿El flamenco es para usted una forma de vida o simplemente es su vida?
El flamenco es mi vida. El que es flamenco se levanta por la mañana haciendo flamenco y se acuesta también siéndolo. No es que se ponga un traje y las botas y ya sea flamenco y después deje de serlo.
¿Es su arte pura inspiración e improvisación absoluta?
Hay mucha improvisación, pero claro que hay muchas horas detrás de trabajo. Hay un esfuerzo de cuidar las cosas musicalmente, de ensayos, de disciplina. Pero cuando ya está estrenado un espectáculo se olvida eso y se comienza a disfrutar. Aunque antes hay mucho esfuerzo, no sólo es ponerse las botas y a bailar.
Usted firma la dirección, letras, música y coreografía ¿cómo surgió el espectáculo y qué significa para Farruquito?
Me surgió presentándole las ideas a mis músicos. Me reuní con ellos un día en Sevilla y les dí unos cd's con las letras grabadas así en bruto y a partir de ahí comenzamos a trabajar y cada uno aportó su granito de arena. Cada uno hacía una melodía y cuando nos dimos cuenta había ya una cosa muy bonita. La verdad es que 'Puro' se ha hecho con mucho cariño
Fusiona los elementos naturales con los palos del flamenco, ¿qué elemento se identifica más con su baile?
Según la época. A mí me gusta mucho la tierra, eso de tener los pies en el suelo y ser de tu gente, de tus amigos. Me identifico más con este elemento, aunque a veces bailando por alegrías me convierto en agua. Es muy difícil explicarlo, depende del momento.
¿Es un espectáculo puramente ortodoxo?
Es un espectáculo flamenco hecho a mi forma de verlo siempre humildemente y respetando lo que se hace. Hoy se hacen cosas muy buenas en el flamenco y otras que no son tanto de nuestro gusto. Yo expongo mis ideas, yo no sé hacer otra cosa que no sea flamenco y por eso es un espectáculo flamenco al 100%, pero hay tendencias musicales que cada música interpreta a su manera y esa libertad es lo que hace más grandioso al espectáculo.
En 'Puro' introduce dos novedades, ya que no hay nadie de su familia y aporta más instrumentos aparte de la guitarra. ¿Por qué ha tomado estas decisiones?
Pues mira, yo este espectáculo lo escuchaba así. Cuando estaba componiendo había melodías que me pedían un violín, otras un piano, había momentos en el escenario que requerían unas percusiones como una tabla india. Entonces como yo escuchaba eso en mi mente pues lo he hecho así, conforme a mis sentimientos y a mi instinto.

Además, cuenta con una pléyade de artistas impresionante, ¿le da mucha más fuerza escuchar a estos buenos músicos en el escenario mientras está bailando?
Hasta decirte que cuando muchas veces estábamos ensayando y yo los veía un poco de fuera y veía el espectáculo haciéndolos ellos solos, yo pensaba ¿ya para qué voy a salir a bailar? Si la están formando ellos solos. La verdad es que he tenido la suerte de rodearme de una cuadrilla muy buena.
¿Qué siente usted al ser el relevo más directo de esa estirpe a la que pertenece?
La verdad es que no pienso mucho en eso, porque si se piensa ya te distraes con otras cosas y no estás en lo que estás. Pienso en seguir aprendiendo y seguir bailando.
Su hermano Farru ya está reconocido como un gran bailaor a nivel mundial, pero El Carpeta viene también pegando fuerte, ¿no?
Hombre, ese es peligroso (risas). La verdad es que sí, gracias a Dios tenemos la suerte de que todavía tenemos en casa gente que le gusta el flamenco.
¿A qué artistas antiguos admira más Farruquito? ¿Y con respecto a los actuales?
Pues gracias a mi padre, que era Juan 'El Moreno', un cantaor aficionado muy bueno, aprendí a aficionarme al cante. Entonces desde pequeño he escuchado a los más grandes como Tomás Pavón, la Niña de los Peines o Vallejo. Cada artista tiene sus cosas que admirar, no se puede decir solamente que haya uno que me guste más que el otro porque como soy aficionado al flamenco en general es muy difícil quedarse con uno porque cada persona su grandiosidad y su arte. De los actuales me pasa lo mismo, por ejemplo los cuatro cantaores que van conmigo en mi compañía, aunque canten para bailar son muy buenos cantaores.
¿Qué opina un bailaor tan puro del flamenco fusión?
Pues yo no lo he hecho nunca porque no me ha apetecido, pero cuando veo algo que está bien hecho me gusta más que algo que está hecho por el simple hecho de ir a la moda que hay con el flamenco fusión y hay gente se sube al carro. Pero cuando se hace algo en condiciones yo le digo olé porque a mí me gusta la música.
¿Qué otro tipo de músicas le gustan a Farruquito?
Yo siempre he escuchado de todo, excepto las músicas duras como yo le digo al heavy metal. En mi casa tengo música de Michael Jackson, siempre lo he escuchado, Louis Armstrong, Aretha Franklin, también música clásica como Joan Sebastian Bach y también a Falla. Me enriquezco con estas cosas porque la música siempre te enseña cosas, lo que pasa es que siempre he hecho flamenco porque creo que es lo que mejor sé hacer.