miércoles, 14 de diciembre de 2011

Hasta las piedras lloran la ausencia de Morente

La Alhambra estará siempre soñándote, llorándote, escuchándote. En el Albayzín siguen doblando las campanas por seguiriyas y el cante siempre estará vestido de luto por tu sempiterno adiós. Pero el arte es inmortal y tú lo creabas en cada quejío, en cada requiebro de tu mágica voz, en cada innovación ortodoxa de tu cante. Te recordamos, Maestro, porque la llama del arte nunca se apaga. 

Yo siempre escucharé tus cantos de viejas cadencias que también cantan los niños cuando en corro juegan. Continuaré haciéndote caso y aunque sea pobre no me bajaré a ningún arroyo a beber, aunque me muera de sed....además el mundo da muchas vueltas y ayer se cayó una torre. Intentaré averiguar quién es ese soldaillo que en la esquinita sigue parao con las botillas de montar y el pantalón colorao. Cuando no pueda visitar a Morfeo, tendré la cara de haber pasao una noche mala. Miraré a los pájaros, esos que son clarines entre los cañaverales y le dan los buenos días al divino sol que sale. Me asomaré a la ventana que cae a la soleá.

Buscaré un anillo de orillo barcelonés para regalárselo a la dueña de los ojos que me cautivan, a la que yo bien camelo, y seré como la yedra, imposible de olvidarla, que enredándose en el árbol, no muere aunque el árbol muera. Me sentaré a ver el agua que ella toma al amanecer del día. Me podrán mandar a servir a Dios y al rey, pero dejar a su persona eso no lo manda la ley. Si el sol que sale la ofende, con el sol me peleara, así me diera la muerte. Continuaré soñando que me tambaleo borracho de amor, borracho de hambre.

                                       Foto: Fran Leonardo
                                                                 
Cuando esté en decadencia, pensaré que el mundo puede dar muchas vueltas. Sembraré esperanzas. Intentaré que deseando una cosa no parezca un mundo y cuando la consiga sólo sea humo. Mi corazón continuará publicando lo que mi boca no hable. Sufriré callando y no publicaré mis penas, aunque me estén ahogando nadie se reirá de ellas, pero cuando haga falta no le echaré a mi lengua ningún nudo, cuando quieran que me esté callao porque, como tú bien cantabas, hay gente que es capaz de hacerle hablar a un mundo. Don Enrique, te escucharé desde la alfa a la omega. Tú seguirás haciendo a las piedras llorar con tu cante eterno. Gracias por legarnos tu arte y tu sabiduría, Maestro. 

domingo, 11 de diciembre de 2011

Flamenco virgen extra

XVII Velada Flamenca Aceitunera. Manuel Fernández 'El Titi':cante. David Delgado 'Niño de la Fragua': guitarra. Toñi Fernández: cantaora invitada. David 'El Foski' y Antonio de Linares: palmas. Peña Flamenca de Martos (Jaén). Miércoles, 7 de diciembre de 2011. 21.30 horas.

Es un flamenco virgen extra, puede llenar de arte una almazara y atesora un compás que fluye en su voz como el oro líquido. Éste es el aval del cantaor almeriense Manuel Fernández 'El Titi' que cautivó al público de Martos, la cuna del olivar, que supo saborear y gozar del cante de este gitano que se empapa de flamencura cual aceite en un buen hoyo de pan. Comenzó su recital en la venusta peña flamenca marteña, abarrotada por una audiencia hambrienta de buen flamenco, por tientos-tangos dejando claro desde el inicio que iba a poner su corazón proyectado en su garganta al servicio del arte. 'El Titi' se mueve como pez en el agua en los cantes de compás y los adereza con su voz fundida en esa fragua que engendró su etnia. Metal puro, un flamenco sin artificios, sin recursos efectistas ni banalidades superfluas. Un cantaor que no sucumbe a las imposiciones de las modas, que respeta y conoce profundamente el inmenso legado heredado de sus ancestros. 

El respetable comenzaba a saciar su sed de cante y el de Huércal de Almería se arrancó por soleares con el acompañamiento de esa gran guitarra de 'El Niño de la Fragua'. Esa soleá bien templá, en la que se peleó con el cante y le ganó la batalla, fue el preludio de otro estilo matriz como las seguiriyas. 'El Titi' chanela de cante y lo demuestra en el escenario. Pero no sólo conoce las claves del flamenco, sino que su cante duele, eriza la piel al más pintao. Bordó las seguiriyas y cerró la primera parte con unos fandangos naturales, dedicados con ternura a su madre Lela, que el público premió con una sonora ovación. Tras el receso, el almeriense inundó de compás la peña de Martos. 

                                 El Titi y Niño de la Fragua

De nuevo al tajo, aunque ya cesaron de doblar las campanas de las seguiriyas para dar paso a la fiesta pura por tangos y rumbas que arrancaron las palmas hasta al más 'atravesao' de la sala. Continuó con otro palo festero como las alegrías de Cádiz en las que 'El Titi' jugueteó con los doce tiempos con la misma facilidad que las niñas gaditanas se hacían tirabuzones con esas bombas de los fanfarrones. Derrochó fuerza, entrega y amor a lo que más le gusta: el flamenco. Manuel Fernández es un cantaor que desayuna, almuerza y cena flamenco y lo digiere en el escenario. Además tuvo el detalle de invitar a subir al escenario a su hermana, Toñi Fernández, la continuadora de la flamenquísima saga que sobrecogió a los aficionados marteños con unos campanilleros en los que hubo ecos de los soníos negros del Torre. 

Tras esta bendita pincelada navideña, el tablao se impregnó de la magia de la bulería con el compás que marcaban los palmeros David 'El Foski' y Antonio de Linares y las falsetas flamenquísimas de David Delgado 'Niño de la Fragua'. Los Fernández hicieron un extenso repertorio bulearero que Toñi salpimentó con unas pataítas con mucho arte. “De flamenco no estamos hartos / con este público maravilloso / en esta peña de Martos”. Y con este homenaje al público local remató Manuel Fernández 'El Titi' una actuación magistral que dejó en el paladar de las emociones un sabor de boca tan bueno como el conspicuo aceite de oliva jiennense que recubre con un manto de oro a Andalucía. 

viernes, 9 de diciembre de 2011

El Cabrero: "Hay que tener cuidado por donde se pisa porque hay más mierda que piedra"


Entrevista a El Cabrero. Septiembre de 2007
“No me callo y cumplo las órdenes porque tarde o temprano las tendría que cumplir y hay algunas para desobedecerlas”

Antonio Alcántara / Madrid

Éste es el lema de José Domínguez “El Cabrero”. José recibe a Magazine Siglo XXI tras su maravillosa actuación en los Jardines de Sabatini dentro de la programación de los “Veranos de la Villa”. Revolucionario y crítico con las injusticias sociales, el cantaor de Aználcollar es uno de los referentes más importantes en el mundo del flamenco por su gran voz y sus letras comprometidas. Pero no sólo en la sierra sevillana se ha escuchado el eco de “El Cabrero”, su cante ha llegado a todos los rincones del mundo en sus giras con Peter Gabriel o Lenny Kravitz. La conversación es amena y gira en torno al flamenco, aunque pronto se manifiesta el compromiso social del artista sevillano y el coloquio deriva hacia temas filosóficos y políticos. La mirada de “El Cabrero” es cristalina, transparente como las aguas a las que canta y donde se mira cada mañana en sus paseos por el campo. Tras cada sentencia punzante de José se encierra un pensamiento digerido, una concepción de la vida, un constante grito de libertad. Aunque decir lo que se piensa a veces es incómodo porque como afirma José: “soy libertario, pero me he tenido que amoldar a la libertad que me  he buscao”. 

José, enhorabuena por triunfar de nuevo en Madrid, ¡cómo se ha quejao usted ahí arriba!

Muchas gracias, niño. Pero estoy un poco rozao de la voz, aunque me he quejao como si me dieran palos. Mira si llevo años en esto y todavía se pone uno más tenso que un espárrago en lo alto del agua. Pero tenía ya ganas de volver a Madrid porque tú sabes que echo de menos los rascacielos tan altos (bromea José). 

A pesar de que tienes un estilo muy personal con letras muy comprometidas, ¿qué cantaores te influyeron más en tu juventud?

Bueno, yo era un niño rural, estaba muy lejos de donde se cernía el cante, pero me vino la influencia de los cantaores por soleá como Juan Talega, Antonio Mairena, entre otros… Después está el aire de Jerez, he aprendío de mucha gente, de muchas voces diferentes. Luego yo le aplico la mía. Yo siempre he sío un enamorao de aquel que roza lo bien hecho, como cantaba por soleá Fernanda, por ejemplo. 

¿Qué opina del flamenco actual? 

Ahora también hay muy buenos cantaores, nunca se busca el mejor, porque el mejor en todos los palos es imposible. Unos por su tesitura de voz hacen mejor un determinado cante. Por ejemplo, esa dificultad que tiene la media granaína, aunque no es tan complicada cuando uno tiene una voz fina, que se adapta a la influencia que tenemos de Vallejo, pero el que tiene una voz más gruesa, más pastoso busca otros cantes. 

¿Se canta mejor cuando uno se queja de verdad, cuando uno canta con una disconformidad desde sus adentros?
En mi caso, yo le saco a mi cuerpo todos los rincones que tengo y por haber para añadirle ese sabor a ciertas cosas que se me ocurren escribir, esa consecuencia de que uno no es un cochino que no se pregunta pa qué tengo la cabeza. Cada cosa que digo está en consonancia con algo que yo no soy quién para pararlo, pero sí soy quién para analizarlo.

¿Cree usted que el mundo sigue oliendo mucho a mierda?
Desde mi punto de vista, siempre me voy por el camino más corto, aunque a veces el paisaje es muy horroroso como las guerras, la injusticia, la influencia que tenemos del que más corra. Nos denuncian porque la carretera marca una medida y nosotros queremos meter la distancia como los maestros de música, toda en un casillero. Queremos estar en Sevilla y en Madrid con la violencia que tiene un volante, y nos olvidamos de lo importante que es esta vida, hay que tener paciencia porque los higos se dan cada año. Siempre que el hombre se sale de lo que es lo normal, como por ejemplo, la guerra. ¡Qué coño hacemos nosotros en otros países!, ¿sembrar trigo? ¡No, señor, eso no es sembrar! Porque sembrar muertos (como dice mi malagueña), no es sembrar nada bueno. Cuando un pueblo es soberano y dice en la calle ¡guerra no!, ese pueblo deja de ser soberano, porque alguien se ha saltao esa soberanía sin hacer un referéndum. 


Algunas veces usted ha sido tildado de provocador, ¿se arrepiente por haber sido muy osado en alguna ocasión? ¿Cuál es la verdad de “El Cabrero”?
La memoria yo la tengo muy fresca y yo soy muy como tú me ves. Sé que la sociedad me enseña a lo que no quiero ser, no tengo por qué no estar duchao de prejuicios, ni colaboro con muchas cosas, ni me tengo que callar porque busquen a un culpable. Yo no me callo porque tenga que cumplir las órdenes, porque tarde o temprano las tendría que cumplir y hay órdenes para desobedecerlas. Y ése es mi lema, yo cuando acabo de cantar me vacío, pienso las horas que no estoy con la gente y me voy al campo y tengo una paz… miro lejos y siento la brevedad en el ser humano y presiento que uno es frágil, pero el hombre cuando quiere, cuando quiere…, quiere algo más que la medida de su sombra, pero por lo menos la conciencia le ronda en su mensaje. 

Siguiendo con el tema de la guerra, si tuviera la oportunidad de cantarle cara a cara un fandango a un político, ¿a quién preferiría, a Aznar o a Bush?
¡Tú has visto que los políticos escuchen? (responde con una mezcla de resignación e indignación). Los políticos en lo único que varían unos de otros es que por ejemplo, éste que está ahora le ha dado más apertura a alguien que no la tenía como son las mujeres. Los hombres ya somos demasiados machistas y a algunos les ha sentado muy mal esto. Yo siempre he dicho de cachondeo, que las mujeres y los gatos no son de nadie. Los perros tampoco, pero son más obedientes, más vasallos. Pero yo creo que los hombres tienen que pensar que las mujeres no son de nadie, además tenemos la ventaja que si la mujer no se lleva bien con ellos, pueden rehacer su vida y el hombre también. Y aquí no hay enemigos, lo único que hay que hacer es solucionar. Está bien que la mujer no dependa del pendón que le toque, y también a la inversa, sino que esa mujer dignamente trabaja y tiene su salario. Nosotros nos hemos creído que nos hemos quedado desamparaos, pero no, nadie tiene que matar a nadie, ni manipular sus días, sino que tenemos la libertad de poder escoger. A veces los hombres buscamos un rato de meditación y ya no somos tan fieros como nos pintan. 

¿A qué le canta El Cabrero?
Bueno, yo le canto a muchas cosas, como por ejemplo a un río, a las aguas que están claras y si a alguno no le gusta su cara las puede enturbiar, pero cuando pasa ése, a otro no se le ocurre enturbiar su cara porque se quiere reflejar en el agua. 

¿Cree usted que, como dijo Hobbes, "el hombre es lobo para el hombre"?
Bueno, el lobo se jarta de carne por el miedo que causa, pero porque se lleva tres días o cuatro y luego vomita. El hombre no mata a tres o cuatro de la manada, sino a miles y es capaz de echar a pelear a dos naciones para que se trituren. Y luego ¿para qué van a empezar a gobernar? Si ya no tienen a quién. Eso es como las cacerías grandes, una pila de muertos, grandes, chicos y tós. Se apuntan de socios ahí y a matar.

(José charla animado, se siente bien, pero Elena, su mujer y representante, entra al camerino para avisar con simpatía de que van a cerrar el recinto y hay que darse prisa para no dormir esa noche en los Jardines de Sabatini)

Bueno, José, en definitiva, ¿qué quiere expresar usted con su cante?

Yo estoy aquí para cantarme a mí mismo, porque por el suelo no se va de piedra en piedra como yo creía cuando la ignorancia todavía apenas no me dejaba respirar. Yo creo que hay que tener mucho cuidao donde uno pisa hoy en día porque hay mucha más mierda que piedra, pero bueno aquí estamos para sortearla. 

jueves, 27 de octubre de 2011

Las joyas literarias del flamenco

La humanidad es patrimonio del flamenco”. Esta frase tan precisa la pronunció con su inteligencia habitual y su arte de colocar las palabras a compás el maestro Enrique Morente en plena parafernalia de la candidatura del flamenco para Patrimonio de la Humanidad. No le faltaba razón al genio del Albayzín, ya que el flamenco aglutina todos los sentimientos que puede conocer un ser humano. Desde la pena más honda a la felicidad más inmensa, el corazón puede sonar por seguiriyas o marcar el compás por alegrías. Los quejíos, los taconeos o las falsetas evocan estos sentimientos, pero también las letras son joyas literarias que transmiten una enorme cantidad de sensaciones en pequeñas dosis de versos. En el flamenco se lleva a la práctica esa máxima tan andaluza de decir mucho con pocas palabras. Las letras son fieles reflejos de tantas emociones, situaciones y verdades que pueden llegar a erizar el vello al más 'pintao'.

Y hablando de la verdad, esa “idea que se oculta tras el velo de la apariencia” como diría Platón, hay una letra maravillosa que suele ser cantada por fandangos naturales y que encierra este mensaje tan profundo:

La mentira y el dinero
viven en palacios de lujo
la mentira y el dinero
sin embargo la verdad
se muere en un cuarto mu oscuro
y nadie la quiere escuchar

Esta otra que se hace por martinetes, al compás de la fragua, refleja perfectamente la situación que viven muchos trabajadores en la actualidad. Es el mensaje que más alienta la decisión de hacerse autónomo, ya quisieran muchas cámaras de comercio tener un eslogan tan preciso para fomentar el autoempleo:

Pobre de aquel que come
el pan de manita ajena
siempre pensando en la cara
si la pone mala o buena

Pero las letras del flamenco también son premonitorias. Que no roneen tanto Nokia ni Samsung, ni venga la gente con tantos iPhones y WhatsApp para saber dónde anda su parienta porque eso ya se anunció hace muchos años por bulerías:

Lo digo y lo voy a hacer
un teléfono chiquito
pa saber de tu querer

Jorge Manrique encumbró ese estilema del poder igualatorio de la muerte, esa parca maligna que a todos nos mide con el mismo rasero y que no entiende de diferencias sociales. Esta letra también recoge otro elemento como materia de equidad entre ricos y pobres, entre guapas y menos agradecidas. La copla de siega establece una especie de poder igualatorio de la micción:

Una niña muy bonita
por muy bonita que sea
nunca deja de mojarse
los pelitos cuando mea.

Hay otras menos burdas y con una increíble profundidad. Hasta José Ángel Valente cita esta letra al principio de una obra suya. Por soleá y con la voz de la 'Niña de los Peines' suena para perder el centro:

Fui piera y perdí mi centro
y me arrojaron al mar
y después de tanto tiempo
mi centro vine a encontrar

Los asuntos del querer son muy recurridos también en el flamenco. Esta letra, que aboga por menos papeles y más amor, exacerbaría al cardenalísimo Rouco Valera:

Es la ley que profesamos
tú me quieres y yo te quiero
pero nunca nos casamos

Otras están aliñadas con guasa, ingenio y despecho:

Anda, ve y dile al maestro
que te ha enseñado a querer
que te devuelva el dinero
porque no te ha enseñaíto bien

Comienzo aquí una serie de comentarios de letras que iré desgajando en el futuro con pequeños artículos para mostrar la riqueza literaria del arte jondo.

viernes, 23 de septiembre de 2011

India Martínez: “El flamenco es duende, pasión, la forma más bonita de transmitir algo”

Con gafas de sol a la última, llega acompañada por su padre, Alfonso, que no puede disimular el orgullo que siente por su hija. “Antes la llevaba de la mano yo y ya me lleva ella a mí”, bromea con su acento cordobés. Curiosamente, aunque no de forma deliberada, el  café con India tiene lugar en el Café de Indias, uno de los pocos sitios en el Gran Plaza que ofrece café y tostadas a las once de la mañana.

India edulcora tanto su capuccino como su dulce voz a su público. Habla con deje cordobés, aunque en su adolescencia reconoce que hablaba roquetero. “Yo tengo dos tierras, Almería y Córdoba, ya cuando me preguntan qué me siento digo siempre andaluza”, asegura. Su corazón está bañado por el mar almeriense y el río Guadalquivir, en su alma soplan aires de Poniente y está cincelada por torres coronadas de la ciudad califal (como diría el ilustre cordobés Góngora). Su rostro tiene aires sultanes de aquella Córdoba moruna, su belleza cautivaría al pincel de Julio Romero. Su mirada está iluminada por el sol de su Roquetas, ciudad que ama y a la que ha vuelto en un viaje relámpago para ver a su familia y atender gentilmente a La Voz. Es considerada una de las cantaoras más guapas de la parrilla femenina flamenca, aunque ella responde con una gran humildad “que el físico un día se va y queda lo de dentro” y declara que prefiere más las lisonjas a lo que hace que a su persona. “Lo que más me gustó es cuando me dijeron en Cádiz que era la sirena del cante, me identifico con la sirena porque puedo estar suave como un susurro o salvaje”, espeta India que añade que su vida a veces suena por tonás y otras por alegrías.


                                                      India y su café


La sirena roquetera retorna al pueblo donde ha crecido para impregnarse de cariño familiar y recobrar fuerzas antes de comenzar un duro mes de presentaciones, promoción y lanzamiento de su tercer disco ‘Trece verdades’ que verá la luz el próximo día 27. “Este disco va a incluir cosas que teníamos guardadas en el tintero, he puesto la vida en él, me he sentido mejor que nunca e incluye todas las vertientes que te puedas imaginar”, manifiesta la cantaora. Esta nueva obra comienza con una canción titulada ‘Luna nueva’ que fue el tema que marcó la línea del disco. El disco producido por Sony Music, ecléctico y puro al mismo tiempo, incluye sonidos árabes e hindúes. India es una melómana, una cantaora que de adolescente “lo mismo cantaba una seguiriya que una canción rumana”. Aunque el flamenco es la piedra angular de su vida y de este disco con la inclusión de palos como rumbas y alegrías de Cádiz y Córdoba que albergan una letra en hindú. India se siente cómoda y no lo duda, comienza a tatarear la letra y da una grata sorpresa a los clientes del bar que la observan con admiración y a un servidor que lo agradece con un sincero olé. Está muy satisfecha con sus ‘Trece verdades’, título elegido porque en cada tema se expresa una certeza. “Conseguimos un concepto y una forma de sentirnos bien expresándonos y que nos ha gustado mucho”, asegura India que habla en plural porque incluye a los productores David Santisteban, Ricardo Rivera y composiciones de David de María.


Martínez está muy ilusionada con el lanzamiento de esta nueva obra que es un claro reflejo de su personalidad. “Este disco es más yo, lo que soy, todo ha girado en torno a mí porque en mis otros dos discos tenía mucho en cuenta a los productores, pero en éste  he hecho lo que a mí me gusta y lo que yo quiero dar de mí para expresarme y entregarme al máximo y que la gente tenga un concepto real de lo que soy”, asevera. A India le encantaría presentar su próxima obra en Roquetas de Mar donde lleva ya varios años sin actuar a pesar de que pasea su nombre por todo el mundo. Recuerda con emoción cuando comenzó a cantar por el puerto roquetero, en aquellos tiempos en los que era conocida como ‘La Niña del Puerto’. Esa época en la que se sentía un “bichillo raro en el instituto porque a mis amigas no les gustaba el flamenco, ellas escuchaban a los Backstreet Boys y yo a la Niña de las Peines y Tomás Pavón”. Apasionada de Camarón, y admiradora de Niña Pastori, con la que ha compartido escenario, siempre ha llevado el flamenco por bandera y cree en ese ser mágico llamado duende. “El flamenco es el idioma universal, pasión, expresión en puro estado, la forma más bonita de decir algo y cuando se alcanza el duende eso no tiene nombre, es el mejor sueño”, apostilla.


A estos tiempos de crisis que corren, le cantaría una letra de su single ‘Vencer al amor’, con mucho mensaje: “Camino, camino, pero no levanto el vuelo, levanto un castillo de ilusiones y sueños”. El cante de India Martínez seguirá caminando por el sendero del arte  y los meandros de su alma.

India Martínez
Nace en Córdoba en 1985. A los 11 años se traslada a Roquetas donde vive hasta los 22  cuando se muda a Sevilla para continuar su carrera artística. En 1998 llega a la final del concurso infantil televisivo ‘Veo, Veo’. En 2003 publica su primer disco ‘Azulejos de lunares’. Seis años después saca su segundo disco ‘Despertar’. Es del Real Madrid y una apasionada del dibujo, de la capoeira y adora los cars. Ha sido imagen publicitaria del vino La Ina. “Fíjate, Antonio, qué alegría, últimamente en vez de autógrafos firmo botellas”, concluye con gracia.

martes, 13 de septiembre de 2011

El rey nazarí del flamenco

Hoy se cumplen nueve meses de la muerte del maestro Enrique Morente y me he querido dar el homenaje de escuchar una grabación suya que guardo como oro en paño de una actuación en el Colegio de Médicos de Madrid. Rindo de nuevo un tributo al maestro con el artículo que publiqué el día después de su aciago adiós. 


El rey nazarí del flamenco (13-12-10)


La Alhambra, esa que soñó Morente, ha amanecido cubierta por un manto negro, afligida por la marcha del maestro granadino. La Virgen de las Angustias llora por granaínas, el flamenco canta hoy por seguiriyas sumido en una pena inmensa, profiere un grito desgarrador, inmerso en una profunda desazón por el adiós de un genio, un artista mayúsculo desde la alfa a la omega que ha aportado (me cuesta todavía escribir en pasado) una renovación importantísima al flamenco y a la cultura andaluza.

Las cuerdas de la guitarra de Tomatito vierten lágrimas negras, Pepe Habichuela rasguea con rabia su guitarra y las falsetas de la sonanta de Riqueni rebosan tristeza porque ya no escucharán esa voz tan flamenca que reinventaba de forma ortodoxa el cante en cada momento. En cambio, en el cielo están de fiesta Don Antonio Chacón, Pepe de la Matrona, Juan Talega, Rafael Romero ‘El Gallina’ y Camarón (gran admirador de Morente) para recibir a compás a ese gran adalid del flamenco que ha dejado huérfana a su parroquia de seguidores y a todos los amantes de este arte que él como nadie ha contribuido a hacerlo universal.



                                                              Foto: Fran Leonardo

Un cantaor ecléctico y puro, vestido con piel de artista y que destilaba arte sin que la vanidad se apoderara de su persona. Aún recuerdo cuando lo conocí tras una actuación en el Teatro Albéniz de Madrid, un recital junto a Pepe Habichuela que guardaré para siempre en un lugar privilegiado del baúl de mi memoria. Fue la primera vez que tuve la oportunidad de dialogar con el Maestro del Albayzín que irradiaba sabiduría y sencillez. 

Ayer por la tarde cuando se constató su adiós, me acordé de esa noche en el Bar de ‘Las Negris’, del abrazo sincero que me dio y de esa charla que me permitió acercarme a una de las personas que más me han hecho vibrar con el flamenco. Un nudo ata mi garganta mientras escribo, me pasan por la cabeza miles de anécdotas, sus sabias palabras, su eco rajao y su inmenso abanico de cantes. La tierra se abre de pena por la marcha de un cantaor que deja un legado inmenso a los amantes del flamenco, pero Morente seguirá vivo mientras exista la sensibilidad y la Alhambra porque su cante se impregnó para siempre en sus muros como en cada poro de nuestras almas.


Soleá del maestro con Pepe Habichuela


http://www.youtube.com/watch?v=ncgvdoL6xno

lunes, 5 de septiembre de 2011

Sonia Miranda: "En mi vida se canta por alegrías y espero que siga sonando el tirititrán”


Llega puntual, a compás y flamenca con su pañuelo de lunares para taparse la garganta porque hay que cuidar la voz que es su instrumento de trabajo. La cita es en Casa Joaquín, un bar ubicado en los albores de la calle Real, un auténtico emblema para los flamencos. Tío Sordera, su sobrino José Mercé, Juan Habichuela o Pansequito han degustado sus tapas. Incluso hay una anécdota del gran Moraíto Chico (que en gloria esté) que tras jamarse un gallopedro exclamó con esa gracia con la que estaba tocado: “Estaba pa acostarse con él”.
Reciben a Sonia como una parroquiana fiel de este pequeño templo flamenco. Antes de sentarse ya tiene su tapa de huevos revueltos y su cerveza. “Voy a aprovechar ahora que antes de cantar no bebo porque se me olvidan las letras”, afirma mientras sonríe. “Tomad unos higaditos de rape. Apunta periodista”, interrumpe con gracia Joaquín.


                                             Foto: Juan Sánchez

Miranda es un paradigma de mujer andaluza, parece extraída de un cuadro de Julio Romero de Torres. Es una apasionada de los toros y una faena bien hecha le pone el vello de punta. Asegura que al cante también hay que cogerlo por los cuernos “porque está todo el mundo pendiente de tí”.

Habla bajito con su voz almibarada, templada como la soleá, acepta su timidez que sólo se disipa cuando sube al tablao. Una vez sobre el escenario lo da todo “ya sea en la peña más pequeña o en el auditorio más impresionante, hay que saber torear en todas las plazas”. En la ducha no canta flamenco, sólo por Jorge Drexler o Caetano Veloso. Su vida suena por alegrías porque vive un “buen momento familiar y profesional y espero que siga sonando el tirititrán y el lereleré”. A sus dos niños de siete y cuatro años no les gusta el ‘falenco’ (como ellos dicen). “Desde chicos les decía que me iba al médico y cuando descubrieron que iba a actuar ya no les gusta porque los dejaba siempre solos”, asevera.
Valora mucho la compenetración con el tocaor, ese diálogo entre la sonanta y la voz. Cree en el duende, en ese poder misterioso que definió Lorca a la perfección, esa magia que sube hasta la garganta por dentro desde la planta de los pies. “Se produce cuando el guitarrista y el cantaor son una persona y la gente lo está sintiendo, es un momento de gozo que no se puede explicar. Ahí se puede decir que ha llegado el duende o un hada madrina”, expresa con salero.

Su cante ha madurado como el buen vino y ha adquirido ese poso de conocimiento que aporta el paso del tiempo. “Ahora sé lo que quiero, antes cantaba todo lo que escuchaba y ahora creo que tengo mi propio estilo, no quiero asemejarme a nadie aunque algo me pareceré a los antiguos”, espeta. Ha bebido de fuentes magníficas y diversas como la Niña de los Peines, Tomás Pavón, Caracol, Fernanda y Bernarda, Juan Varea o el Niño Barbate. Ella también enseña flamenco y se siente orgullosa de transmitir este arte en el Conservatorio de Almería y en la Escuela de Música de Roquetas.

Está elaborando a fuego lento su segundo disco que verá la luz pronto y tendrá como ingredientes seguiriyas, tientos, serranas, bulerías, soleá por bulerías y cantiñas. En su segundo ‘garabato’ colaborarán José Antonio Rodríguez, Miguel Ángel Cortés, José María Molero, Francis Hernández y Antonio Luis López, a la guitarra; Tomás Santiago, al bajo; Ezequiel, al contrabajo; Octavio, al chelo; Sergio Monroy al piano e Isabel Guirado pondrá los pies al baile.

A estos tiempos que corren con la crisis por bandera, Sonia lecantaría por soleá con la letra que hacía Fernanda: “Estás como las gallinas / tú no parabas de escarbar / y echarte la tierra encima”. De hecho, la regala a los aficionados de ‘Casa Joaquín’, despacito y a compás. Ole, Sonia y como dicen los flamencos: a seguir echándole papas.


martes, 30 de agosto de 2011

Rancapino: "El flamenco sin pellizco es como un potaje sin sal"

Cantaor de raza, con una voz y jondura flamenca envidiables. Esta es la tarjeta de presentación de Alonso Núñez, Rancapino (Chiclana de la Frontera, 1945). Iniciado junto a Camarón en la Venta Vargas, detractor del flamenco fusión, el Robert Redford de África (como lo llama con esa gracia gaditana su amigo Chano Lobato) es un emblema del cante flamenco del siglo XX.

Alonso, de nuevo en Almería y en la Peña El Taranto, entidad de la que posee un importante galardón como el premio Lucas López, ¿cómo se siente al volver a esta tierra?
Como si estuviera en mi casa de bien, venir a Almería a cantar y al mismo tiempo saludar a los buenos amigos es un orgullo. Además, es una tierra de mucha solera y de muy buenos aficionados al flamenco. Yo hice aquí la mili en 1966 en Viator, y cuando tenía días libres,me iba a la venta de Manolo Manzanilla allí en El Zapillo.Era como una sala de fiestas y allí se hacía flamenco. Recuerdo cómo canté allí con la Perlita de Huelva.

¿Cómo ve la situación del flamenco en la provincia?
Muy bien. Éste es uno de los sitios donde más se preocupan porque salgan nuevos valores y tienen muy buena atención con los cantaores que venimos aquí y nos dan mucho ánimo. Almería es una tierra muy buena.

Una vez estaba usted contratado para actuar aquí, pero no pudo presentarse porque un compadre suyo le pidió que cantase para un amigo que había venido de América, ¿quiénes son los personajes de esta historia?
Esta historia es verídica. Se trata de mi compadre Felipe González, que además junto con Carmen Romero, bautizó a mis niños. Pues esta vez, me llamó para ir a Huelva porque había venido Gabriel García Márquez y quería Felipe que yo le cantara para que el escritor escuchase flamenco.




¿Recuerda alguna anécdota más?
Una vez me llamaron para cantar en Carmona y me contrató el concejal de Cultura de allí y cuando me escuchó cantar con mi voz flamenca, decía que no me pagaba porque yo estaba ronco. Y entonces yo le dije que yo no era cantante de ópera, sino cantaor y que el flamenco es así.

Usted que conoce el flamenco que se hacía antes, ¿qué cosas cree que han
cambiado en este arte?
El flamenco lo han desvirtuado, para bien no ha mejorado nada. Lo que se escucha hoy no es flamenco ni tiene por qué llamarse flamenco. Muchos jóvenes que hay en la actualidad no distinguen el flamenco. No tienen ni
idea de lo que es porque como las criaturas no lo han vivido, están vacíos.

Compartió muchos momentos con Camarón, ¿qué recuerdos tiene de él?
De Camarón, todos. Toda la vida estuvimos juntos, yo lo casé a él.
No quiero hablar mucho de él porque tengo muchos recuerdos y era como un hermano para mí. No quiero que piense la gente que me quiero aprovechar del nombre de Camarón. José Monge Cruz aportó mucho al flamenco.

¿El flamenco es pura inspiración?
El flamenco tiene que pegar pellizco, es necesario que conmueva. Si no pasa eso, amigo mío, es como un torero que está vacío o un potaje sin sal.

jueves, 11 de agosto de 2011

'Moraíto' ya rasguea en el cielo

Las campanas que Moraíto escuchaba cada mañana en la jerezana Iglesia de Santiago doblan hoy por seguiriyas por la muerte de uno de sus paisanos más ilustres y que más flamenco ha destilado por todo el mundo. Manuel Moreno Junquera, 'Moraíto Chico', era un guitarrista grande sobre el tablao y sobre el tablero de la vida. Poseía esa gracia telúrica jerezana, tenía arte a raudales. En una entrevista recuerdo que, hablando de fútbol, me confesó salpicado de arte: “Sí, pisha, soy del Atlético. Algún defecto tenía que tener”. Rebosaba humildad y derrochaba flamencura. Heredó ese 'pedigrí' lleno de enjundia de los 'Morao', fue el eslabón continuador de su arte y se ha encargado de transmitirlo a su hijo Diego del Morao, uno de los jóvenes con más presente y futuro del flamenco.

                                                            Foto: Javier Alonso
La guitarra era su vida, “su mujer y su amante” desde que la conoció y supo mimarla y hacerla más grande. Dominaba el pulgar de maravilla y era capaz de ejecutar desde las falsetas más rítmicas a las más 'templás'. Debutó en Madrid en 'Los Canasteros' a los quince años tocándole a su paisana 'La Paquera'. Ha sido el fiel escudero de José Mercé durante más de veinte años aportando aún más aire flamenco al cantaor jerezano y creando una dupla mágica.


La afición almeriense admiraba y quería a este tocaor y tuvo la suerte de escucharlo durante muchos recitales. Este año tenía que volver en unos días junto a Mercé a alegrar con sus falsetas la Plaza Vieja y poner 'moraos' de arte a sus seguidores urcitanos. No podrá ser porque un cáncer de pulmón ha podido con él, pero no con su arte que es eterno. 'Morao' nos deja a poco más de un mes de cumplir los 55 años y ya está rasgueando en el cielo junto a sus grandes amigos Camarón, Tío Sordera o Fernando Terremoto. El arte jondo se salió ayer de compás porque con Morao se va un puntal de la guitarra, un artista que desayunaba y cenaba flamenco, un guardián de la pureza flamenca. Que Undebel te tenga en gloria, maestro. 

lunes, 25 de julio de 2011

La ópera prima de una gran persona

Mi gran amigo Antonio Muñoz ya tiene en la calle su primera novela: 'La coyuntura del odio'. Es una inmensa satisfacción para él y para todos los que lo queremos porque acaba de superar una leucemia con una entereza envidiable, un gran estoicismo y con raudales de optimismo como sus mejores medicinas. Quien desee adquirirlo puede hacerlo a través de mí con sólo mandarme un email. El precio no es superior a lo que cuestan dos cubatas de garrafón en cualquier pub. Espero que lo compren porque se divertirán y premiarán el esfuerzo de una persona que ha puesto toda su alma durante años en una novela que ahora ve la luz. He tenido el honor de hacer el prólogo que les reproduzco a continuación:

Lo conocí en Florencia. Posiblemente no haya un marco mejor para forjar una gran amistad. La gran cúpula de Brunelleschi fue testigo de nuestros paseos en bici por las calles de tan venusta ciudad y escuchó, altiva, nuestros diálogos sobre lo que era el boceto de este libro que ustedes acaban de abrir. En cualquier detalle nimio de la realidad que pasa desapercibido para mentes menos lúcidas, Antonio captaba la grandeza de un instante. Me asombró su capacidad de observación, su interés por cuestionarse el porqué de las cosas, su análisis profundo de cualquier situación alejándose de posturas triviales y pensamientos austeros. Ya en ese momento creía firmemente en este proyecto que ahora ve la luz, bajo el título 'La coyuntura del odio'. “Esto lo voy a meter en mi libro”, repetía Muñoz cada vez que quedaba impactado por una historia, un paisaje conmovedor, un personaje real con tintes ficticios, la mirada de unos ojos negros de una bella damisela e incluso una palabra que sonase en italiano cual si saliera de la boca de un ángel.

                                   Cubierta completa del libro
                                             
La ciudad del Arno es sin duda un lugar idóneo para hablar sobre literatura. Ahí puede que se concibiera el tinte dantesco del inicio de 'La coyuntura' donde el protagonista Samuel desciende al infierno y lo recorre, aun sin la grata compañía de Virgilio y Dante. A los pies de la estatua de Alighieri en la mística Plaza de la Santa Croce, frente a la iglesia homónima donde yacen eternamente genios de la talla de Galileo, Miguel Ángel, Vasari, Ghiberti o Maquiavelo, las palabras se tornan mágicas y llenas de sentido. Allí me contagió su pasión por esta obra que meses más tarde tuve el placer de leer ávidamente y que ahora tienen ustedes en sus manos para gozar de su lectura.

Francisco Umbral dijo que “escribir es la manera más profunda de leer la vida”. Antonio suscribe las palabras del escritor madrileño y cogió pluma y tintero para crear esta 'Coyuntura' que es un reflejo de la esencia e identidad de Muñoz y de sus inquietudes más profundas. En este libro desdeña el machismo, sale en defensa de la naturaleza, critica las injusticias de este 'inmundo' y hasta llega a mofarse de la absurdidad tan cotidianamente humana adquiriendo la obra ciertos matices y tintes kafkianos.

'La coyuntura' es una caja de sorpresas y una fiel constatación del interés por aprender de su autor, de esa inquietud voraz por demostrar que el conocimiento es ilimitado, de un espíritu vivo y que se siente partícipe y protagonista del mundo que le rodea. Una novela que plasma el carácter de Antonio Muñoz: apasionado de la política concebida de forma aristotélica, un auténtico animal social, una mente tan inquieta como abierta, un urcitano tan universal como aferrado a su Plaza Pavía. Un buen amigo que sabe escuchar y guarda conversaciones enteras en el baúl más recóndito de su memoria y las saca a relucir aquí donde reproduce muchos de esos chascarrillos.

Este libro está cosido con un amor más firme que coyuntural por los hilos de sus sentimientos, tejido por la personalidad, las preocupaciones, miedos e impresiones de Antonio Muñoz. Una ópera prima de un escritor novel que ha puesto su alma en cada poro de estas páginas. Disfrútenla. 

sábado, 23 de julio de 2011

Dos nuevos soles brillan en la Costa del Sol

Perdonen si me pongo estupendo (como diría Max Estrella) en este artículo que está escrito con la tinta de mi corazón.

Hay momentos e instantes en la vida que permanecen grabados en el baúl de los gratos recuerdos de nuestra memoria. El miércoles por la tarde hice un hueco en ese cofre de bellas sensaciones. Conocí a dos pequeños que ya son grandes amigos de este humilde escribano: Alessandro y Leonardo, los vástagos de Falete, mi gran amigo desde la infancia y que el tiempo no ha secado las ramas del fuerte árbol de nuestra amistad. Me encantó verlo tras una larga temporada y ahora tengo dos razones más para quererlo.

Llegué a la ciudad malacitana un poco consternado porque mi León no rugía demasiado por las carreteras andaluzas y sufrió una pájara cual Indurain en la Vuelta del 96. Me encontré con otro amigo del núcleo duro del sanedrín, Manuel Chica, cuyo corazón es una clara antítesis de su apellido.

Nos dirigimos hacia Fuengirola y allí nos esperaban los dos soles que iluminan la vida de los Fernández y los Ceotto y encandilan también la mía. Nos recibieron mientras comían peras y manzanas trituradas y sus vivos ojos escudriñaban todo lo que acontecía. ¡Cuánta ternura! No puedo describir todo lo que sentí al ver a los retoños de uno de mis mejores amigos con el que parece que fue ayer cuando compartías pupitre en el colegio e instituto. El tempus fugit, pensé. Y es verdad que vuela, pero soy de la opinión de que hay saborear cada ciclo vital con intensidad. Ya lo dijo Quevedo: “soy un fue, un será y un es cansado”, pero a pesar de este 'inmundo' debemos combatir y mitigar ese cansancio quevediano con alegría y optimismo. Esa tarde fui aún más feliz. Disfruté jugando con ellos embriagado de emociones, cogiéndolos entre mis brazos después de que su madre le dijera: 'Vete con tito Antonio'. Me inundó la felicidad al ver a dos criaturas tan hermosas, al comprobar la ternura con la que sus padres, sus abuelos y su bisabuela los miraban.

                                          ¡Dame un abrazo, Alessandro!

Vieron su primera luz en Conigliano, ciudad italiana donde nació Del Piero. Portan ya esa magia como el de la Juve con el balón. Alessandro y Leonardo. Leonardo y Alessandro. Hasta el verso resulta octosílabo. Poesía pura. Qué bien suena, diantres, se mire por dónde se mire. Pronto estarán hablando la lengua de Dante y la de Cervantes. Arte puro. Ahora, como dice su padre con sorna, “el nombre es más grande que ellos”, pero ya mismo se comerán este mundo con esa vehemencia que irradian y seguirán nutriendo de felicidad a los que nos consideramos de su familia.
                                         Leonardo, un glotón feliz

Son fruto de un amor grande, verdadero e incisivo que se gestó en Londres y ha perdurado a caballo entre Italia y España. Eso sí que es unión europea y no la pantomima de Sarkozy y Merkel. Son el perfecto resultado de dos personas que han unido sus vidas para que broten otros dos soles que alumbran aún más la costa malagueña.

Muchas felicidades de nuevo. Tanti auguri ancora.





viernes, 15 de julio de 2011

El Festival de Almería vuelve a un lugar con solera como la Plaza Vieja

Antonio Alcántara / La Voz de Almería - 14 de julio 

El Festival Flamenco de Almería volverá este año a celebrarse en la Plaza Vieja. La 45º edición de este evento musical tan importante en el panorama nacional retorna a un espacio lleno de solera. Un festival de la talla del almeriense necesita un lugar repleto de embrujo donde los cantaores puedan evocar a los duendes para que se aglutinen en su garganta, en los bordones de los guitarristas o en los desplantes de los bailaores. Después de las obras ejecutadas en la plaza que alberga al Ayuntamiento, el flamenco sonará de nuevo en este venusto espacio el día 22 de agosto y se prolongará durante los días 23 y 24.





Los artistas celebran esta noticia, ya que este festival que no se realiza en la Plaza Vieja desde 2004 cuando abrieron la cita musical dos maestros como Tomatito y Enrique Morente. Los más veteranos recuerdan en lugares privilegiados de su memoria las noches de flamenco entre los cuatro rincones de la plaza. José Sorroche debutó allí en 1969 y se emociona al rememorar los recitales que compartió con Mairena o Tía Anica la Piriñaca. El gran maestro del flamenco y V Llave de Oro del Cante, ‘Fosforito’, asegura a La Voz que “esta plaza es una maravilla en la que he vivido grandes momentos”. La ‘señora del cante’, Carmen Linares, evoca noches de cante junto a Fernanda y Bernarda o la Paquera de Jerez. José Mercé destaca la “solera” de este lugar donde su eco jondo seguirá resonando. Sonia Miranda alude a la noche que cantó con Chano Lobato y la cantaora Toñi Fernández recuerda con ternura cuando empezó a ver sus primeros festivales en la plaza. Un espacio para destilar y deleitarse con el mejor flamenco.  



Programación 

Lunes 22: Estrella Morente. 

Martes 23: José Mercé, Pansequito y Toñi Fernández. 

Miércoles 24: Esperanza Fernández, Manuela Carrasco y Sonia Miranda. 

sábado, 2 de julio de 2011

José Monge Cruz, presente

Hoy se celebra una aciaga efemérides: se cumplen 19 años sin Camarón de la Isla. Aquel 2 de julio todo el mundo del flamenco se templó por seguiriyas repletas de pena negra. Se apagó la voz más conmovedora del flamenco, la Isla se quedó huérfana, las bajañís de Paco y Tomate destilaban lágrimas en lugar de falsetas por el adiós de un genio del flamenco que sabía frotar en cada estilo la lámpara de los duendes. Las gitanas morenas no se sentaron en el Albayzín ni fabricaron canastas a la sombra verde y clara de la torre de la vela, las camisas se abrocharon porque una leyenda del tiempo paró su reloj vital.


Si computo todas las horas que he escuchado a Camarón podrían resultar semanas e incluso meses. En cada minuto e incluso en cada segundo de su cante he captado de la grandeza de un instante y he escudriñado los detalles plagados de dificultad que sólo este 'fuera de serie' podía conseguir. Esa voz labrada en la fragua de su padre Luis, esos quejíos que brotaban desde los tuétanos del alma que tanto me han emocionado y siguen cautivándome. Siempre comento que me moriré con la pena de no haberlo escuchado cantar en directo. Le he preguntado a mis padres muchas veces cómo eran sus recitales. Mi madre recuerda cómo, sin ser gran aficionada al cante, se emocionó al escuchar a un Camarón jovencísimo que actuó en mi pueblo de la mano de Valderrama. Al último concierto que fue mi padre, en el festival de Pegalajar a finales de los 80 me podría haber llevado, pero tampoco me hubiera enterado de mucho porque este humilde escribano contaba con poco más de cinco años.

Hace unos meses hablaba con mi buen amigo Alejandro Reyes del último concierto que ofreció en el colegio 'San Juan Evangelista' poco antes de su sempiterno adiós. El fundador de 'El Johnny' me comentaba que cantó pa rabiar esa noche. Reyes me regaló gentilmente el disco que han editado de este último recital y lo he escuchado ya más de doscientas veces. Soleá por bulerías, tarantos, bulerías, tangos y fandangos que viajan conmigo en el coche por las carreteras andaluzas. No me mentía Alejandro, esa noche el de la 'Isla' echó sangre por la boca. Quizás él sabía que era su despedida de los tablaos, incluso en las letras que eligió: 'Pa que quiero los dineros, si no me sirvan pa ná, salud es lo que yo quiero y no la pueo comprar'; 'qué alegría tiene tol mundo, qué penita tengo yo'. En el texto del libreto del disco, el gran flamencólogo José Manuel Gamboa asegura que "llegó muy tarde, pero llegó. Venía de Nimes y en su rostro se reflejaba un cansancio infinito. No podía faltar, él mismo nos dijo:'Esta afición tan joven y tan buena se merece que esté yo aquí'. ¡Cómo cantó! En cuanto tomó asiento en el escenario sus fatigas volaron. Lo dio todo, arriesgando en cada nota y saliendo triunfante. Lo que parecía imposible sucedió. Subió su propio listón.. fue el último delirio compartido. La postrera aparición público del genio de la Isla".

Se fue en 1992, hace ya casi dos décadas. Pero el gitano más universal sigue vivo en la memoria y en los corazones de los que amamos el flamenco. José Monge Cruz, presente.

jueves, 16 de junio de 2011

El velo de Selene (breves impresiones de un eclipse)











 Fotografía: Fran Leonardo

 Se esconde bajo el abrazo de la sombra,
sumergida en el regazo de una hembra.

Deja huérfano al aciago cielo,
de nostalgia se cubre con un velo.

Languidece su esférica plenitud
sin brillar en los mares oscuros.

Se apaga el interruptor de las mareas,
ya no late el corazón de la tierra.

Flamenca, ¿ya te has cansado
de tanto girar al viejo mundo?

La señora de la noche duerme,
carbonizando su hermosa circunferencia.

Los lunáticos vierten lágrimas por su patria,
Selene se tumba sin decir nada.

Compañera eterna, siembras la pena
en aquel que cada noche a tu lado sueña.

Despierta del sueño, trastornada,
y muerde a la sombra desdichada.

Gana haz a haz a la oscuridad,
la majestuosa reina de la madrugada.

Eclipse efímero que dejas en vela
al mar, al cielo y a la tierra.

Pronto domina el cielo, altanera,
mi luna lunera cascabelera.

jueves, 26 de mayo de 2011

En mi hambre mando yo

Huelga decir que el flamenco es un arte con una riqueza musical increíble y un sentimiento que emana de los rincones más recónditos del alma. Pero hoy no voy a hacer una oda a esta música que alegra mi vida, sino ofrecer una pincelada de un cantaor con una biografía conmovedora y que podría ser una metáfora de la actualidad social. En los tiempos que corren me acaba de venir a la cabeza la vida de un cantaor salvaje, un guardián de la pureza flamenca y alejado de los clichés que establece la sociedad. El malagueño Antonio Álvarez ('El Álvarez' o 'El Canijo'), un lamento hecho fandango, escribe el guión de la película de su vida con puño firme, sin cortes ni artificios. Camarón lo admiraba y lo buscaba para escuchar sus desgarradores fandangos. Con sus cualidades innatas y su sentir flamenco, podría haber desfilado por los escenarios de medio mundo, pero él cambió los tablaos por la escoba para limpiar las calles y muchas injusticias y reservó su cante para regalarlo en grandes dosis a los suyos cuando le apetecía. Esas rarezas que sólo los genios (a veces incomprendidos) pueden permitirse.

Cada artista encierra miles de vivencias o anécdotas salpicadas de arte, aunque en nuestro protagonista la mayoría rebosan amargura. No quiero extenderme mucho y voy a contar solo dos historias de este cantaor que siempre se salió del tiesto pero nunca de compás. En 1994 lo avisaron para cantar en el Festival de Alhaurín de la Torre para homenajear a su amigo y admirado Camarón. Andaban muy tiesos de presupuesto y 'El Álvarez' fue sin cobrar un duro, sólo para honrar la memoria del de la 'Isla'. El cartel de esa noche lo completaban 'El Lebrijano', 'Fosforito', 'El Cabrero', Calixto Sánchez, Juanito Villar, Rafael Rocha y Juan Delgado. Casi ná. Era una de las pocas veces que este cantaor 'bizarre' accedió a actuar en un festival . Causó revuelo en el pueblo malagueño y al año siguiente lo quisieron llevar de nuevo. Le ofrecieron una buena 'morterá de jurdeles', pero él se negó.El año anterior no había cantado por dinero, sino por y para José Monge Cruz. Genio y figura. 

Pero hay otra anécdota aún más vehemente. En una fiesta en la que se había hinchado de cantar, al llegar la hora de repartir el parné, 'El Alvarez' la única rubia que vio fue la Cruzcampo. Indignado, preguntó qué pasaba con el injusto reparto y al final se dignaron a 'aflojar guita'. Lejos de contentarse con haber cobrado dos mil duros de la época, sacó un mechero y los quemó ante el asombro de todos. "En mi casa estábamos tos esmayaos, pero yo los quemé porque en mi hambre mando yo, que ya es una pena mu grande tener hambre y mucho más que quieran mandar también en mi hambre", espetó este 'canijo' tan grande. El temperamento y la valentía de este real romántico tendrían que ser un paradigma para la sociedad en la que vivimos. Somos dignos de estar indignados como 'El Álvarez' cuando quisieron jugar con su dinero y, sobre todo, con su honor. Espero que toda esta indignación colectiva, este quejío de una buena parte de la sociedad (digan lo que digan los 'gatos mojaos') continúe para que no sigan eligiendo por nosotros el menú de cada día, dándonos 'cucharás' como a mascotas domesticadas o, aún peor, que quieran mandar en nuestra hambre.

Os dejo una perla de este cantaor que podría haber barrido a muchos, pero prefirió las calles malacitanas. Sublime por fandangos:
 http://www.youtube.com/watch?v=-X4BV1GdC5I

domingo, 8 de mayo de 2011

Flamenco

Un arte que emana a borbotones del alma, el cénit de la alegría, un corazón que late a compás, jondo quebranto, reflejo y sentir de un pueblo, una falseta labrada sobre los bordones, una pena negra, sentimiento íntimo, patrimonio autóctono y universal, clavo y canela, un campesino errante, esa voz fundida en una fragua, el clímax de la guasa, el sonido de un cajón por bulerías, almíbar amargo, quejío sonoro de los versos del poeta, una guitarra en una silla, honda angustia, desplante conmovedor, una filosofía popular y natural, ese duende nómada y cautivador, el llanto de un pueblo expresado por una garganta, campanas que repican el eco de una seguiriya, pura expresión, bebida agria destilada por el corazón, un olé improvisado, destello de arte, fusión de culturas, esa soleá en un colmao, poso de conocimiento, noche de juerga con borrachera de arte, un pellizco en el alma. Flamenco.