domingo, 20 de marzo de 2016

La siega en Torredelcampo, cante bajo la canícula

Este verano tuve el honor de que me publicaran el artículo «La siega en Torredelcampo: cante bajo la canícula» en una obra miscelánea titulada «Presumes que eres la ciencia. Estudios sobre flamenco» coordinada por José Cenizo Jiménez y Emilio Gallardo Saborido. Un libro que surge de las experiencias del II Congreso de Investigación y Flamenco (COFLA) impulsado por la Universidad de Sevilla en 2013 y en el que colaboré con una charla sobre la misma temática: los cantes de laboreo. Unos cantes que tienen un auténtico carácter funcional, es decir, producir un efecto meloterápico en los campesinos que los cantaban, además de servir para atestiguar una serie de rituales o formas de vida de una época.


Mi abuelo Antonio segando allá por el 2000

El pueblo jiennense de Torredelcampo hace gala a su nombre y posee una rica amalgama de cantes del campo como la gañana, siega o trilla. De todos ellos, el cante de siega es sin duda el más exclusivo ya que podría incluso considerarse autóctono, aunque es cierto que en pueblos limítrofes como Torredonjimeno también se practica.

Son peculiares tanto por su temática, fundamentalmente picarona y en ocasiones libidinosa, como por su melodía ya que son diferentes a la gañana o trilla, al registrar un cambio de modalidad y un alargamiento estrófico.

El libro completo se puede leer en este enlace. Mi artículo está en la página 188.

La siega en Torredelcampo, cante bajo la canícula