martes, 16 de diciembre de 2014

Aquellas maravillosas letras flamencas...

Tras una larga temporada sin escribir sobre ese vasto y fascinante mundo de las letras flamencas, vuelvo a traer unas cuantas perlas literarias tan venustas como vetustas pero que tienen paralelismos evidentes con la actualidad.

En esta temporada donde muchas personas sufren esa palabra tan maligna como manida llamada crisis, algunos pensarán en esta letra por bulerías a la hora de firmar esos contratos basura con condiciones lamentables:

Yo no tengo más remedio
Que agachar la cabecita
Decir que lo blanco es negro.

Y a pesar de todo hay que poner buenas caras y estar agradecidos como atestigua este martinete:

Desgraciaíto aquel que come
El pan de manita ajena
Siempre pensando en la cara
Si la pone mala o buena.

Algunos no tienen ni siquiera tienen la “suerte” de encontrar esos minijobs y caen en la desazón recordando esta letra:

Sentaíto en la escalera
Esperando el porvenir
Y el porvenir nunca llega.

Por ejemplo estas dos letras vienen al pelo para el “gran Fran” o el “pequeño Nicolás” como ustedes prefieran llamarlo:

Si tuvieras olivares
Como tienes fantasía
El río de Manzanares
Por tu puerta pasaría.

Los surcos de mi besana,
Están llenos de terrones,
Y tu cabeza, serrana,
Está llena de ilusiones,
De ilusiones, pero vanas.

El caso del “pequeño Nicolás” es un claro ejemplo de cómo una persona puede llegar a adentrarse en las más altas instancias del poder a través de arrimarse a contactos influyentes. El “tanto tienes, tanto vales” llevado a la máxima expresión. Así lo expresaba ya esta copla popular recogida en el Cancionero de Rodríguez Marín en 1881:

¿Tiene biñas y olibares? (aparece así la ortografía, no me linchéis)
Cantare, cantare
¿No tiene biñas y olibares?
Andare, andare.

Aunque no sólo ese chaval tiene fantasía en este país de roneadores y farsantes. Su amigo Rajoy también vive en mundos oníricos cuando afirma que la crisis ya es historia en nuestro país. Esta letra le viene de lujo:

Tienes mucha fantasía
Parece que tú has pisao
La flor de la tontería.

Nicolasito tenía muchos más amigos como Arturo Fernández, el hombre que compra las aspirinas más caras de España con su oscura tarjeta. Vaya esta letra para él y todos sus compañeros de Bankia que tenían tarjetas fantasma con gastos reales:

Permita Dios que te veas
Como el gallo de Morón
Sin chaqueta y sin calzones
Y también sin camisón.

Y es que como diría José Mota, lo de estos señores era ya “ansía viva” y una desfachatez tremenda hurtar de esa manera mientras estafaban a pobres ahorradores con las preferentes. Pero ya lo dice esta letra por soleá:

El que junta más dinero
Tiene menos compasión,
Parece que la riqueza
Endurece el corazón.

Otro fichajazo de este país que se merece una letra es Carlos Fabra, que seguro que el próximo lunes seguirá desde la cárcel el sorteo del Gordo para ver si conserva su desaparecida fortuna mientras piensa en esta letra:

El carro de mi fortuna
Poco tiempo me duró,
Cuando más a gusto estaba
El eje se me quebró.

En este mundo donde la mentira siempre pretende reinar, hay que pensar en esa máxima flamenca:

El hilo de la verdad,
Por mucho que lo adelgacen,
En la vía quebrará.

Y ahora que llegan estas fechas navideñas habrá que olvidar un poco las duquelas y alegrarse con la familia y la jamancia como refleja esta letra:

Mira si estamos contentos
Que el ruido de la olla express
No se para ni un momento.






jueves, 4 de diciembre de 2014

Farru: "El flamenco nace de la improvisación"

***Entrevista emitida en Cadena SER Extremadura el 18 de octubre de 2014. 

- ¿Cómo te sientes actuando en Extremadura?

Extremadura ha sido siempre muy flamenca y han salido grandes genios del flamenco como Porrina de Badajoz o muchos otros. La verdad es que aquí la gente es entendía y saben lo que están viendo. Es un respeto trabajar en Extremadura porque salir ahí y ver un público que sabe y se sienta a verte, la verdad es que es un riesgo y a la misma vez es una motivación.

- Estuviste en Badajoz el verano de 2013 con Paco de Lucía en Badasom, ¿qué se sentía al actuar con el maestro de Algeciras?

Pues imagínate. Yo creo que es el sueño de todo músico, no solo flamenco, y el mayor logro de cualquier persona que ame el arte y la música. Ha sido, aparte de un maestro, un amigo, un mentor y después imagínate lo que yo he aprendido ahí los cuatro años que he estado con él. Profesionalmente ha sido una de las mejores anécdotas por no decir la mejor que yo he vivido.

- Además de esta experiencia con Paco, has bebido de fuentes más directas como tu abuelo Farruco y tu hermano Juan, ¿cuáles son las señas de identidad del baile de los Farruco?

Definirlo en pocas palabras es muy difícil porque tiene muchas características. No es ni mejor ni peor que otros, sino distinto, un baile más personal porque mi abuelo tenía un baile tan innato, tan personal, tan especial que sí nos ha dejado marcados. Pero dentro de los consejos que nos daba, es que siguiendo una línea farruquera, que cada uno tuviéramos también nuestra personalidad y nuestro granito de arena que aportar y eso es lo que en esta familia tratamos cada uno, seguir ese sello, esa identidad pero al mismo tiempo contar algo que el otro no ha contado. Entonces, es difícil pero yo creo que la clave está ahí, en saber tus señas de identidad y aportar algo a la misma vez.



- ¿Qué le ha aportado a tu estilo esas fuentes bailaores de tu hermano Juan y tu abuelo Farruco?

La identidad, el sello, el que te conozcan por un simple gesto que eso es lo más difícil ahora mismo en la música. Mi abuelo no tuvo mucho de tiempo de enseñarme, pero las cosas que me enseñó era que estudiara flamenco, que fuera aficionado a la guitarra, al cante, que sobre todo, lo respetara y que intentara hacer mis cosas, que no copiara a nadie, que lo que me saliera me saliera a mi aunque al principio me costara más trabajo.

La saga continúa con tu hermano “El Carpeta”, ¿hay algún Farruco que no baile?

(Risas). Sí que lo hay porque mi familia es muy grande, tú sabes que a los gitanos nos gusta tener muchos niños, entonces en mi casa hay muchos, pero sorprendentemente solo nos dedicamos cuatro o cinco. Los demás, como cualquier gitano que le guste un poco este arte, se hace sus pinitos cantando, bailando, pero no profesionalmente que es una cosa distinta el que toca o canta por afición que el que se quiere dedicar a ello, que eso es otra carrera más.

 - Un día tu hermano Farruquito me dijo que desayunaba flamenco, ¿tomas tú esa misma pócima o incluso sientes el flamenco también cuando estás durmiendo?

Claro, yo creo que esto más que una profesión es una manera de vida. El que es flamenco, es flamenco. Yo conozco a flamencos que ni cantan, ni bailan, ni tocan, pero siente flamenco, se emocionan con el flamenco y viven flamenco aunque profesionalmente no se dediquen a ella. El flamenco siempre está, es como el agua, fluye dentro de ti y la necesitas para vivir.

- Debutaste a los dos años, casi te alimentaste ya de flamenco en el seno materno...

Literalmente, yo he mamao flamenco porque mi madre, también una gran bailaora como la Farruca, ella me cuenta que embarazada de mí con seis o siete meses, ella bailaba, daba cursos, se presentaba en los shows con la barriga, entonces yo ya estaba ahí pegando saltos, pegando botes. Cuando nací más de lo mismo, ella ha sido siempre profesora y cuando enseñaba pues yo estaba ahí mamando. Yo cuando tuve use de razón ya bailaba, ya estaba actuando por ahí.

- Con diez años ya tenías una compañía además…

Sí, además lo más fuerte es que de la compañía yo era el mayor. Imagínate el más chico.

- La formación es importante así como la técnica, ¿pero pesa mucho la improvisación?

De ahí nace el flamenco, el flamenco nace de la improvisación porque la magia, eso que llaman duende o llámalo como quieras, pero eso sucede a partir de la improvisación. Es cuando uno empieza a marcarse su propio estilo, cuando se deja llevar e improvisa. Cada vez te acostumbras más a improvisar, obviamente tienes que estudiar, tienes que prepararte porque un bailaor físicamente tiene que estar preparado, tus piernas tienen que responderte para lo que se te ocurre. Pero yo soy muy partidario de eso, monto un patrón de espectáculo, obviamente ensayo y hay un principio y un final, pero siempre en todos los bailes hay una gran parte de improvisación. Es mucho mejor porque la persona que vaya a verte al teatro, puede ir a verte veinte veces porque cada vez verán algo distinto, mejor o peor no lo sé, pero distinto sí.

- Has hecho pinitos en otros géneros de la danza colaborando con Paulina Rubio, Bjork o Beyoncé incluso has bailado para Madonna, ¿qué tal esas experiencias?

Imagínate, bailar con grandes genios de la música. Además en mi casa no sólo se ha escuchado flamenco, yo he convivido desde pequeño, me levantaba y lo mismo escuchaba a Caracol, Chocolate, Tomás Pavón, Camarón o a Michael Jackson o Mozart. Entonces, nosotros respetamos mucho la música y a esos pedazo de artistas. Tener la oportunidad de compartir con ellos es un privilegio y te enseña un poco a adaptarte a otras músicas, te educa el oído, no sólo flamenco, flamenco, flamenco. Te aporta musicalidad, otros caminos y a otras formas. Madonna se arrancó a bailar rumbas con nosotros, son genios, están tocaos por la varita.

- Se habla mucho de la fuerza, de ese derroche de técnica, de un taconeo efectista, pero creo que también es bonito cuando un bailaor se para, ¿qué es lo que más te impresiona del baile?

Claro, eso es como el toreo. Hay gente que tiene mucha técnica, que controla la situación en todo momento, que dan espectáculo, pero lo que da dinero es quedarse quieto, pero eso es lo más difícil. Cuando estás preparado y tienes mucha técnica, tienes fuerza, giro, pues claro, das diez giros, haces un taconeo de diez minutos y rematas, las luces van hacia abajo y salen fuegos artificiales, es normal que te aplaudan. Lo difícil es crear la misma emoción con sólo un golpe, por eso, hay tanta gente que son técnicos y hay tan pocos genios. Ahí estamos en la lucha.

- Pasa como en el cante que a veces se abusa de derroche de voz pero como decía Caracol: “el flamenco no es pa pedir socorro”, hay que saber templarse también.

Totalmente, es lo más difícil. Mi abuelo Farruco decía que el cante no era pa los sordos. Las facultades son facultades, ya está.

- ¿Qué proyectos tienes actualmente?

Pues estoy muy motivado y casi te lo cuento en primicia. Paco un día en la última gala en Chile, en la prueba de sonido me dijo que se había tirado toda la noche soñando conmigo. Eso me dio un poco de miedo porque como el maestro era tan perfeccionista y pensaba que en una actuación anterior ya había metido la pata o había hecho algo mal. Entonces, no pude aguantarlo y le dije que me dijera qué había soñao porque estaba jindamao, nerviosito perdío. Y me dijo que me conocía como artista y sabía lo que podía llegar a ser. “En mis sueños te veía cantando, tocando y bailando, te veía haciendo cuatro o cinco cosas a la vez, eso cualquier día lo tienes que hacer, Farru, porque creo que eres el único que puedes hacerlo”, me dijo. Entonces, en ese momento, no le eché muchas cuentas porque me dio como un poco de miedo asumir esa responsabilidad. Desgraciadamente a los cuatro o cinco meses falleció y me está atormentando eso en mi cabeza y estoy barajando hacer un espectáculo en honor a él y tocar ese punto. Además ya tenemos un proyecto avanzaíto y la gente lo está aceptando muy bien y muy pronto lo vais a poder ver.

- El cante también te apasiona desde pequeño, lo has vivido en casa, ¿no?


Tanto de cantaor no, pero me gusta. Yo he vivido mucho el cante, mi padre era uno de los cantaores patrás muy bueno, iba con todos los bailaores, yo he mamao también el cante y la guitarra de pequeño, entonces en mi casa siempre se ha cantao, tocao y bailao. Yo siempre he estado ahí, me ha gustado mucho, me encanta cantar y bailar.