***Entrevista emitida en Cadena SER Extremadura el 18 de octubre de 2014.
- ¿Cómo te sientes
actuando en Extremadura?
Extremadura ha sido siempre muy flamenca y han salido
grandes genios del flamenco como Porrina de Badajoz o muchos otros. La verdad
es que aquí la gente es entendía y saben lo que están viendo. Es un respeto
trabajar en Extremadura porque salir ahí y ver un público que sabe y se sienta
a verte, la verdad es que es un riesgo y a la misma vez es una motivación.
- Estuviste en
Badajoz el verano de 2013 con Paco de Lucía en Badasom, ¿qué se sentía al
actuar con el maestro de Algeciras?
Pues imagínate. Yo creo que es el sueño de todo músico, no
solo flamenco, y el mayor logro de cualquier persona que ame el arte y la
música. Ha sido, aparte de un maestro, un amigo, un mentor y después imagínate
lo que yo he aprendido ahí los cuatro años que he estado con él.
Profesionalmente ha sido una de las mejores anécdotas por no decir la mejor que
yo he vivido.
- Además de esta
experiencia con Paco, has bebido de fuentes más directas como tu abuelo Farruco
y tu hermano Juan, ¿cuáles son las señas de identidad del baile de los Farruco?
Definirlo en pocas palabras es muy difícil porque tiene
muchas características. No es ni mejor ni peor que otros, sino distinto, un baile
más personal porque mi abuelo tenía un baile tan innato, tan personal, tan
especial que sí nos ha dejado marcados. Pero dentro de los consejos que nos
daba, es que siguiendo una línea farruquera, que cada uno tuviéramos también
nuestra personalidad y nuestro granito de arena que aportar y eso es lo que en esta
familia tratamos cada uno, seguir ese sello, esa identidad pero al mismo tiempo
contar algo que el otro no ha contado. Entonces, es difícil pero yo creo que la
clave está ahí, en saber tus señas de identidad y aportar algo a la misma vez.
- ¿Qué le ha aportado
a tu estilo esas fuentes bailaores de tu hermano Juan y tu abuelo Farruco?
La identidad, el sello, el que te conozcan por un simple
gesto que eso es lo más difícil ahora mismo en la música. Mi abuelo no tuvo
mucho de tiempo de enseñarme, pero las cosas que me enseñó era que estudiara
flamenco, que fuera aficionado a la guitarra, al cante, que sobre todo, lo
respetara y que intentara hacer mis cosas, que no copiara a nadie, que lo que
me saliera me saliera a mi aunque al principio me costara más trabajo.
- La saga continúa con
tu hermano “El Carpeta”, ¿hay algún Farruco que no baile?
(Risas). Sí que lo hay porque mi familia es muy grande, tú
sabes que a los gitanos nos gusta tener muchos niños, entonces en mi casa hay
muchos, pero sorprendentemente solo nos dedicamos cuatro o cinco. Los demás,
como cualquier gitano que le guste un poco este arte, se hace sus pinitos
cantando, bailando, pero no profesionalmente que es una cosa distinta el que toca
o canta por afición que el que se quiere dedicar a ello, que eso es otra
carrera más.
- Un día tu hermano
Farruquito me dijo que desayunaba flamenco, ¿tomas tú esa misma pócima o
incluso sientes el flamenco también cuando estás durmiendo?
Claro, yo creo que esto más que una profesión es una
manera de vida. El que es flamenco, es flamenco. Yo conozco a flamencos que ni
cantan, ni bailan, ni tocan, pero siente flamenco, se emocionan con el flamenco
y viven flamenco aunque profesionalmente no se dediquen a ella. El flamenco
siempre está, es como el agua, fluye dentro de ti y la necesitas para vivir.
- Debutaste a los dos
años, casi te alimentaste ya de flamenco en el seno materno...
Literalmente, yo he mamao flamenco porque mi madre,
también una gran bailaora como la
Farruca , ella me cuenta que embarazada de mí con seis o siete
meses, ella bailaba, daba cursos, se presentaba en los shows con la barriga,
entonces yo ya estaba ahí pegando saltos, pegando botes. Cuando nací más de lo
mismo, ella ha sido siempre profesora y cuando enseñaba pues yo estaba ahí
mamando. Yo cuando tuve use de razón ya bailaba, ya estaba actuando por ahí.
- Con diez años ya
tenías una compañía además…
Sí, además lo más fuerte es que de la compañía yo era el
mayor. Imagínate el más chico.
- La formación es
importante así como la técnica, ¿pero pesa mucho la improvisación?
De ahí nace el flamenco, el flamenco nace de la
improvisación porque la magia, eso que llaman duende o llámalo como quieras,
pero eso sucede a partir de la improvisación. Es cuando uno empieza a marcarse
su propio estilo, cuando se deja llevar e improvisa. Cada vez te acostumbras
más a improvisar, obviamente tienes que estudiar, tienes que prepararte porque
un bailaor físicamente tiene que estar preparado, tus piernas tienen que
responderte para lo que se te ocurre. Pero yo soy muy partidario de eso, monto
un patrón de espectáculo, obviamente ensayo y hay un principio y un final, pero
siempre en todos los bailes hay una gran parte de improvisación. Es mucho mejor
porque la persona que vaya a verte al teatro, puede ir a verte veinte veces
porque cada vez verán algo distinto, mejor o peor no lo sé, pero distinto sí.
- Has hecho pinitos en
otros géneros de la danza colaborando con Paulina Rubio, Bjork o Beyoncé
incluso has bailado para Madonna, ¿qué tal esas experiencias?
Imagínate, bailar con grandes genios de la música. Además
en mi casa no sólo se ha escuchado flamenco, yo he convivido desde pequeño, me
levantaba y lo mismo escuchaba a Caracol, Chocolate, Tomás Pavón, Camarón o a
Michael Jackson o Mozart. Entonces, nosotros respetamos mucho la música y a
esos pedazo de artistas. Tener la oportunidad de compartir con ellos es un
privilegio y te enseña un poco a adaptarte a otras músicas, te educa el oído,
no sólo flamenco, flamenco, flamenco. Te aporta musicalidad, otros caminos y a
otras formas. Madonna se arrancó a bailar rumbas con nosotros, son genios,
están tocaos por la varita.
- Se habla mucho de la
fuerza, de ese derroche de técnica, de un taconeo efectista, pero creo que
también es bonito cuando un bailaor se para, ¿qué es lo que más te impresiona
del baile?
Claro, eso es como el toreo. Hay gente que tiene mucha
técnica, que controla la situación en todo momento, que dan espectáculo, pero
lo que da dinero es quedarse quieto, pero eso es lo más difícil. Cuando estás
preparado y tienes mucha técnica, tienes fuerza, giro, pues claro, das diez
giros, haces un taconeo de diez minutos y rematas, las luces van hacia abajo y
salen fuegos artificiales, es normal que te aplaudan. Lo difícil es crear la
misma emoción con sólo un golpe, por eso, hay tanta gente que son técnicos y
hay tan pocos genios. Ahí estamos en la lucha.
- Pasa como en el
cante que a veces se abusa de derroche de voz pero como decía Caracol: “el
flamenco no es pa pedir socorro”, hay que saber templarse también.
Totalmente, es lo más difícil. Mi abuelo Farruco decía que
el cante no era pa los sordos. Las facultades son facultades, ya está.
- ¿Qué proyectos
tienes actualmente?
Pues estoy muy motivado y casi te lo cuento en primicia.
Paco un día en la última gala en Chile, en la prueba de sonido me dijo que se
había tirado toda la noche soñando conmigo. Eso me dio un poco de miedo porque
como el maestro era tan perfeccionista y pensaba que en una actuación anterior
ya había metido la pata o había hecho algo mal. Entonces, no pude aguantarlo y
le dije que me dijera qué había soñao porque estaba jindamao, nerviosito
perdío. Y me dijo que me conocía como artista y sabía lo que podía llegar a
ser. “En mis sueños te veía cantando, tocando y bailando, te veía haciendo
cuatro o cinco cosas a la vez, eso cualquier día lo tienes que hacer, Farru,
porque creo que eres el único que puedes hacerlo”, me dijo. Entonces, en ese
momento, no le eché muchas cuentas porque me dio como un poco de miedo asumir
esa responsabilidad. Desgraciadamente a los cuatro o cinco meses falleció y me
está atormentando eso en mi cabeza y estoy barajando hacer un espectáculo en
honor a él y tocar ese punto. Además ya tenemos un proyecto avanzaíto y la
gente lo está aceptando muy bien y muy pronto lo vais a poder ver.
- El cante también te
apasiona desde pequeño, lo has vivido en casa, ¿no?
Tanto de cantaor no, pero me gusta. Yo he vivido mucho el
cante, mi padre era uno de los cantaores patrás muy bueno, iba con todos los
bailaores, yo he mamao también el cante y la guitarra de pequeño, entonces en
mi casa siempre se ha cantao, tocao y bailao. Yo siempre he estado ahí, me ha
gustado mucho, me encanta cantar y bailar.
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