jueves, 27 de octubre de 2011

Las joyas literarias del flamenco

La humanidad es patrimonio del flamenco”. Esta frase tan precisa la pronunció con su inteligencia habitual y su arte de colocar las palabras a compás el maestro Enrique Morente en plena parafernalia de la candidatura del flamenco para Patrimonio de la Humanidad. No le faltaba razón al genio del Albayzín, ya que el flamenco aglutina todos los sentimientos que puede conocer un ser humano. Desde la pena más honda a la felicidad más inmensa, el corazón puede sonar por seguiriyas o marcar el compás por alegrías. Los quejíos, los taconeos o las falsetas evocan estos sentimientos, pero también las letras son joyas literarias que transmiten una enorme cantidad de sensaciones en pequeñas dosis de versos. En el flamenco se lleva a la práctica esa máxima tan andaluza de decir mucho con pocas palabras. Las letras son fieles reflejos de tantas emociones, situaciones y verdades que pueden llegar a erizar el vello al más 'pintao'.

Y hablando de la verdad, esa “idea que se oculta tras el velo de la apariencia” como diría Platón, hay una letra maravillosa que suele ser cantada por fandangos naturales y que encierra este mensaje tan profundo:

La mentira y el dinero
viven en palacios de lujo
la mentira y el dinero
sin embargo la verdad
se muere en un cuarto mu oscuro
y nadie la quiere escuchar

Esta otra que se hace por martinetes, al compás de la fragua, refleja perfectamente la situación que viven muchos trabajadores en la actualidad. Es el mensaje que más alienta la decisión de hacerse autónomo, ya quisieran muchas cámaras de comercio tener un eslogan tan preciso para fomentar el autoempleo:

Pobre de aquel que come
el pan de manita ajena
siempre pensando en la cara
si la pone mala o buena

Pero las letras del flamenco también son premonitorias. Que no roneen tanto Nokia ni Samsung, ni venga la gente con tantos iPhones y WhatsApp para saber dónde anda su parienta porque eso ya se anunció hace muchos años por bulerías:

Lo digo y lo voy a hacer
un teléfono chiquito
pa saber de tu querer

Jorge Manrique encumbró ese estilema del poder igualatorio de la muerte, esa parca maligna que a todos nos mide con el mismo rasero y que no entiende de diferencias sociales. Esta letra también recoge otro elemento como materia de equidad entre ricos y pobres, entre guapas y menos agradecidas. La copla de siega establece una especie de poder igualatorio de la micción:

Una niña muy bonita
por muy bonita que sea
nunca deja de mojarse
los pelitos cuando mea.

Hay otras menos burdas y con una increíble profundidad. Hasta José Ángel Valente cita esta letra al principio de una obra suya. Por soleá y con la voz de la 'Niña de los Peines' suena para perder el centro:

Fui piera y perdí mi centro
y me arrojaron al mar
y después de tanto tiempo
mi centro vine a encontrar

Los asuntos del querer son muy recurridos también en el flamenco. Esta letra, que aboga por menos papeles y más amor, exacerbaría al cardenalísimo Rouco Valera:

Es la ley que profesamos
tú me quieres y yo te quiero
pero nunca nos casamos

Otras están aliñadas con guasa, ingenio y despecho:

Anda, ve y dile al maestro
que te ha enseñado a querer
que te devuelva el dinero
porque no te ha enseñaíto bien

Comienzo aquí una serie de comentarios de letras que iré desgajando en el futuro con pequeños artículos para mostrar la riqueza literaria del arte jondo.

6 comentarios:

  1. Antonio, hay otra letra al estilo de Manrique:
    "El que se tenga por grande,
    que se vaya al cementerio
    y verá lo qué es el mundo:
    es un palmo de terreno."
    A ver con qué nos sorprendes otro día. El tema da muchísimo de sí.

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  2. En efecto, Pablo, leer a Manrique es gloria bendita. Un abrazo, maestro de la sonanta.

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  3. El tema de para siete tesis doctorales, es vastísimo y a la vez apasionante. Seguiré comentando las letras que me parezcan curiosas o simplemente me transmitan. Por cierto, la que has dejado es maravillosa, no la recordaba. Un abrazo.

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  4. Además de bellas, estas letras unidas a cualquier palo flamenco son sentencias filosóficas.

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  5. Así es, Juan, es la poesía popular de la que han bebido tantos poetas por ser una de las fuentes más ricas. Un abrazo.

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