martes, 13 de septiembre de 2011

El rey nazarí del flamenco

Hoy se cumplen nueve meses de la muerte del maestro Enrique Morente y me he querido dar el homenaje de escuchar una grabación suya que guardo como oro en paño de una actuación en el Colegio de Médicos de Madrid. Rindo de nuevo un tributo al maestro con el artículo que publiqué el día después de su aciago adiós. 


El rey nazarí del flamenco (13-12-10)


La Alhambra, esa que soñó Morente, ha amanecido cubierta por un manto negro, afligida por la marcha del maestro granadino. La Virgen de las Angustias llora por granaínas, el flamenco canta hoy por seguiriyas sumido en una pena inmensa, profiere un grito desgarrador, inmerso en una profunda desazón por el adiós de un genio, un artista mayúsculo desde la alfa a la omega que ha aportado (me cuesta todavía escribir en pasado) una renovación importantísima al flamenco y a la cultura andaluza.

Las cuerdas de la guitarra de Tomatito vierten lágrimas negras, Pepe Habichuela rasguea con rabia su guitarra y las falsetas de la sonanta de Riqueni rebosan tristeza porque ya no escucharán esa voz tan flamenca que reinventaba de forma ortodoxa el cante en cada momento. En cambio, en el cielo están de fiesta Don Antonio Chacón, Pepe de la Matrona, Juan Talega, Rafael Romero ‘El Gallina’ y Camarón (gran admirador de Morente) para recibir a compás a ese gran adalid del flamenco que ha dejado huérfana a su parroquia de seguidores y a todos los amantes de este arte que él como nadie ha contribuido a hacerlo universal.



                                                              Foto: Fran Leonardo

Un cantaor ecléctico y puro, vestido con piel de artista y que destilaba arte sin que la vanidad se apoderara de su persona. Aún recuerdo cuando lo conocí tras una actuación en el Teatro Albéniz de Madrid, un recital junto a Pepe Habichuela que guardaré para siempre en un lugar privilegiado del baúl de mi memoria. Fue la primera vez que tuve la oportunidad de dialogar con el Maestro del Albayzín que irradiaba sabiduría y sencillez. 

Ayer por la tarde cuando se constató su adiós, me acordé de esa noche en el Bar de ‘Las Negris’, del abrazo sincero que me dio y de esa charla que me permitió acercarme a una de las personas que más me han hecho vibrar con el flamenco. Un nudo ata mi garganta mientras escribo, me pasan por la cabeza miles de anécdotas, sus sabias palabras, su eco rajao y su inmenso abanico de cantes. La tierra se abre de pena por la marcha de un cantaor que deja un legado inmenso a los amantes del flamenco, pero Morente seguirá vivo mientras exista la sensibilidad y la Alhambra porque su cante se impregnó para siempre en sus muros como en cada poro de nuestras almas.


Soleá del maestro con Pepe Habichuela


http://www.youtube.com/watch?v=ncgvdoL6xno

8 comentarios:

  1. menudo crack...y el tío se murió sin darse coba...ahora mismo no se le parece absolutamente nada de lo que hay...ni de lejos

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  2. Era muy inteligente y estaba por encima de todos esos piques tontos que hay en el flamenco. Eso de ronear, que tanto se da en el flamenco, no iba con él. Morente sabía, como sentenciaba Aquilo, que "si el orgulloso supiese lo ridículo que aparece ante quienes lo conocen, por orgullo sería humilde". Ahora muchos quieren imitarlo, pero él era único y tenía su propia dimensión, su universo morentiano. Un abrazo artista.

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  3. Me descubres en tus artículos sobre el FLAMENCO un mundo ignoto, extraño... donde no me aventuro porque lo ignoro todo y carezco de Virgilio que me lleve y del tiempo que requeriría. Me admira tu saber sobre lo oscuro de donde brota el arte del cante jondo. Don José me reenvía tus entradas y yo las leo con placer... Insito: ha sido un placer. Un abrazo.

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  4. Una de sus virtudes era la ironía (¿o debiera decir "zocarronería"?), cualidad que sólo tienen los inteligentes. Otra era la consecuencia consigo mismo: no dejó que "flamencólicos" y "críticos de cartón piedra" le apartaran de su camino. Qué bonito aquello que solía cantar por soleá:
    yo no me he muerto de pena
    porque no supe sentir,
    a mi corto entendimiento
    le agradezco y el vivir.
    Gracias, Antonio. En mi blog
    memoriaflamenca.blogspot.com
    encontrarás varias entradas sobre Enrique.

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  5. Me agrada que te acerques al flamenco a través de esta humilde ventana virtual. Una persona sensible como tú seguro que si escuchas el arte jondo acabas apasionándote, aunque no lo entiendas porque, como decía Falla, lo más importante no es entender la música, sino sentirla. Por cierto, te deseo lo mejor y mucha felicidad en tu casamiento donde espero que os partáis la camisa de tanta felicidad. Y por supuesto, que el amor inunde vuestra casa. Un abrazo.

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  6. Andrés, celebro tu comentario porque sé que eres un gran aficionado a este arte que tanto amamos. He seguido tu blog tus comentarios en La Gazapera de nuestro admirado colega Bohórquez. Está muy bien el artículo donde hablas sobre la posible influencia y reciprocidad de Camarón y Morente. Es un tema para un debate muy bonito. Lo que está claro es que se admiraban muchísimo. En cuanto a la ironía, tuve la oportunidad de comprobarla. La dominaba a la perfección, fruto de su gran inteligencia y agilidad mental. En la entrevista que le estoy haciendo en la foto de esta entrada tras terminar el 44º Festival Flamenco de Almería, le pregunté qué le quedaba por conseguir ya a Enrique Morente tras haber cosechado tantos éxitos en el flamenco. Su respuesta tan humilde como brillante: "Pues ahora mismo, una cerveza fresquita y unas buenas gambas de Garrucha". Un fuerte abrazo, Andrés.

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  7. Leo hoy tu respuesta del 14. Muchas gracias por tus intenciones. Ya te contarán... Un abrazo y mucho ánimo (ya me dijo tu padre de tu nueva situación... ¡Dios mío!).

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  8. De nada, tocayo, y gracias por los ánimos. Desgraciadamente estoy ya resignado a vivir en el alambre mientras unos pocos se reparten el cobre. Un abrazo y suerte de nuevo en la boda.

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