El cantaor
emeritense, uno de los máximos referentes en el cante por jaleos y tangos
extremeños, habla sin tapujos en una entrevista con Antonio Alcántara e Inma
Salguero en el programa “A Vivir que son dos días” de Cadena Ser Extremadura.
Escucha la entrevista completa en este enlace donde Juan Cantero nos canta y explica los diferentes tipos de jaleos.
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Buenas tardes, Juan, ¿cómo va
todo?
Pues bien, aquí viendo el Gran
Hermano que son más falsos que los japoneses, no dicen mentiras hijo mío de mi
alma.
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(Risas) Bueno, vamos a hablar de flamenco.
Usted viene de la familia de Los Verdinos de Mérida, que eran primos hermanos
de su madre, supongo que de ellos aprendería bien la esencia de los cantes
extremeños.
Si, si. Mira, por suerte y
desgracia mi pena ha sío mu grande de que mi madre no hiciese
algo conmigo para tenerla guardá en
mi casa, para mí eso hubiera sío la
felicidad más grande de mi vida. No lo hice porque he tenío mala suerte con los que me han llevao a grabar que uno de ellos era el padre de Paco de Lucía y
claro como yo era un hombre que trabajaba y me venía a mi casa pa no gastarme 7 u 8 diez duros que
valía un whisky y eso lo necesitaban mis hijos pa comer. Pero volviendo a los jaleos, que nadie se atreve quitando
a La Marelu y
no lo hace puro, puro, lo hace en versión de bujería. Es un cante que no tiene
salida, que tú te preparas y haces ayyy, entonas tú mismo.
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Eso te iba a preguntar, Juan, como
gran intérprete de los jaleos, ¿cuántos tipos existen? Porque no es lo mismo
cantar para el baile que cantar pa escuchar.
No, no, hombre claro que no. Es
que el cante de jaleos pa bailar es mu fácil, lo canta cualquier aficionado.
Eso lleva unos matices, una cadencia, una caída, un sentío que hay que ponerle a ese cante porque es un cante propio de
gitanos, hay que dejar caer la tonalidad, darle larga a unos tonos, a una voz,
según como tú cantes jaleos. Mira, Paco de Lucía cuando me los tocó a mí, me
dijo: “Juan este toque es mu
difícil”. Y fíjate tú, cuando ese monstruo decía eso…
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El compás de los jaleos es
complicado.
El compás es mu complicao. Es un compás antiguo, del siglo pasao, de los abuelos de mis abuelos, pum pum pum pum, y hoy los
guitarristas como están acostumbraos a que estás cantando y hacen
pulululurlulu… y no dejan cantar a los cantaores. Tú les dices que te toquen
por jaleos y no te tocan por jaleos porque es un cante parao, pa escuchar.
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Juan, si te parece como maestro
que es de estos cantes, ¿nos podría hacer una prueba práctica de los diferentes
tipos de jaleos?
(Juan canta los dos tipos de jaleos). La gente que canta por jaleos no le pueden dar
esos matices porque los conocen pero son cantes mu personales, de nuestros abuelos, tatarabuelos, qué sé yo los
años que tienen. Antiguamente en las ferias, los gitanos hacían un trato y ya
estaban cantando. Esto es bueno que quede para Extremadura, para los niños
porque hay gente que sale y cantan bien, pero cantan por fulano y por mengano,
pero si yo soy cantaor y canto por Farina ya dice la gente que quiero hacer lo
de Farina o lo que hace Porrina o Caracol. Y a la gente hay que darle cosas
tuyas aunque sean más malas, pa que quede algo ahí pal día de mañana. Yo vine a
Madrid sin saber cantar pa bailar y escuché los discos y aprendí, como tenía
una voz mu bonita me cogieron la gente de los tablaos y luego aprendí a cantar
solo.
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Vamos a escucharlo cantar por
jaleos con la guitarra de una de las personas que mejor toca por ahí en
Extremadura…
Perdona que te corte, el mejor que
toca los jaleos en España es Miguel Vargas.
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A él me refería, vamos a
escucharlo.
(Suenan los jaleos).
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Se podría decir que estamos
escuchando el padrenuestro de los jaleos, santo y seña, Juan Cantero y Miguel
Vargas, ¡cómo toca Miguel este cante, Juan!
Miguel toca por ahí como los
antiguos porque antes las mujeres gitanas tocaban las guitarras en sus casas,
sabían cuatro cositas pero de compás se pasaban que es lo que le pasa a Miguel,
Miguel tiene cuatro falsetas pa los
jaleos, no tiene más, pero cuando termina de hacer la falseta se viene abajo,
va pum pum pum, pa entrar el cante.
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Claro, la guitarra siguiendo al
cantaor.
Eso es, la guitarra tiene que ir
siempre detrás del cantaor, nunca delante.
- Juan, me gustaría que escuchases
una pregunta que nos dejaba la semana pasada Enrique el Extremeño, te planteaba
que si estás de acuerdo con él en que un cantaor que quiera buscarse la vida
como tal necesita tener una amplitud grande de los cantes.
Enrique el Extremeño también el
muchacho ha tenío mala suerte porque
ha sío un cantaor pa bailar mu bueno, mu bueno, mu bueno. Había un representante en Sevilla, Pulpón, que le dijo
que se quitara el nombre de el Extremeño. “¿Y por qué me voy a quitar yo el
nombre si yo soy extremeño?”, le dijo Enrique. Es que los extremeños hemos tenío mu mala suerte pa
Andalucía y ahí queda eso. Respondiendo a la pregunta, el cantaor que empieza
tiene ir poquito a poco, no puede saber todos los cantes.
-
¿Qué consejo le darías a los jóvenes que empiezan?
Que aprendan y que hagan los cantes
más o menos como son.
-
¿Cómo te ha tratado y te sigue
tratando Extremadura?
Muy mal, muy mal porque si alguien
ha representao Extremadura en España porque he estao en el Ballet Nacional y ponía en los nombres de los artistas
Juan Cantero el Extremeño y Extremadura ha estao
en los cinco continentes. Y no tengo una peña…
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¿Sería gratificante para usted
tener una peña con su nombre en su tierra?
Eso sería mu bonito, no tengo una peña con mi nombre, no me han hecho un
homenaje, gracias a Dios no me hace falta pa
comer, pero sería por la atención y por la categoría que me daría. A Porrina
tampoco se lo hicieron y fíjate tú, Porrina, pero si dos cantaores ha habío buenos en los cantes extremeños,
que está feo decirlo, pero han sío Porrina de Badajoz y Juan Cantero, no hay
más nadie.
- Por último, Juan, me gustaría que
nos contase alguna anécdota graciosa, curiosa que haya vivido en sus múltiples
viajes y actuaciones con el Ballet Nacional.
Estaba yo por bastidores, en los
camerinos y veo que estaban toas las luces apagás
y salí por el escenario, pero es que había un número en el que apagaban la luz
y le daba la luz al bailarín cuando estaba hincao
de rodillas mirando pal suelo y
cuando encendieron la luz estaba yo en mitad del escenario y yo de golpe y
porrazo salí corriendo (risas).