Antonio Alcántara / Almería
"El
Camarón del baile" o "el príncipe gitano" son algunos
sobrenombres que compañeros de profesión le han atribuido al
bailaor Juan Manuel Fernández Montoya "Farruquito".
Flamenco desde el alba al aurora es heredero de una de las estirpes
más flamencas y admirador de la música de Michael Jackson.
Los
aficionados tenían muchas ganas de verlo bailar, ¿estaba ansioso
Farruquito por volver a los escenarios?
Yo
llevo toda mi vida bailando. Desde que tenía cuatro años he estado
por ahí dando vueltas. Así que tenía muchas ganas y más con este
espectáculo que es una forma nueva que yo he hecho con músicos como
violinistas, pianistas a la percusión. Además, bailo solo en el
escenario que es una cosa que no había hecho nunca. Estoy loco por
seguir mostrando mi baile a la gente.
Lo
han definido como el Camarón del baile, el príncipe gitano, ¿estos
halagos de compañeros le dan mucha fuerza para bailar?
Que
me digan cosas de este tipo es muy fuerte para mí. Yo no considero
todavía que me puedan comparar a esos niveles. Camarón fue un genio
y yo todavía soy muy joven y estoy muy lejos de eso. Pero la verdad
es que eso te da fuerza.
¿El
flamenco es para usted una forma de vida o simplemente es su vida?
El
flamenco es mi vida. El que es flamenco se levanta por la mañana
haciendo flamenco y se acuesta también siéndolo. No es que se ponga
un traje y las botas y ya sea flamenco y después deje de serlo.
¿Es
su arte pura inspiración e improvisación absoluta?
Hay
mucha improvisación, pero claro que hay muchas horas detrás de
trabajo. Hay un esfuerzo de cuidar las cosas musicalmente, de
ensayos, de disciplina. Pero cuando ya está estrenado un espectáculo
se olvida eso y se comienza a disfrutar. Aunque antes hay mucho
esfuerzo, no sólo es ponerse las botas y a bailar.
Usted
firma la dirección, letras, música y coreografía ¿cómo surgió
el espectáculo y qué significa para Farruquito?
Me
surgió presentándole las ideas a mis músicos. Me reuní con ellos
un día en Sevilla y les dí unos cd's con las letras grabadas así
en bruto y a partir de ahí comenzamos a trabajar y cada uno aportó
su granito de arena. Cada uno hacía una melodía y cuando nos dimos
cuenta había ya una cosa muy bonita. La verdad es que 'Puro' se ha
hecho con mucho cariño
Fusiona
los elementos naturales con los palos del flamenco, ¿qué elemento
se identifica más con su baile?
Según
la época. A mí me gusta mucho la tierra, eso de tener los pies en
el suelo y ser de tu gente, de tus amigos. Me identifico más con
este elemento, aunque a veces bailando por alegrías me convierto en
agua. Es muy difícil explicarlo, depende del momento.
¿Es
un espectáculo puramente ortodoxo?
Es
un espectáculo flamenco hecho a mi forma de verlo siempre
humildemente y respetando lo que se hace. Hoy se hacen cosas muy
buenas en el flamenco y otras que no son tanto de nuestro gusto. Yo
expongo mis ideas, yo no sé hacer otra cosa que no sea flamenco y
por eso es un espectáculo flamenco al 100%, pero hay tendencias
musicales que cada música interpreta a su manera y esa libertad es
lo que hace más grandioso al espectáculo.
En
'Puro' introduce dos novedades, ya que no hay nadie de su familia y
aporta más instrumentos aparte de la guitarra. ¿Por qué ha tomado
estas decisiones?
Pues
mira, yo este espectáculo lo escuchaba así. Cuando estaba
componiendo había melodías que me pedían un violín, otras un
piano, había momentos en el escenario que requerían unas
percusiones como una tabla india. Entonces como yo escuchaba eso en
mi mente pues lo he hecho así, conforme a mis sentimientos y a mi
instinto.
Además,
cuenta con una pléyade de artistas impresionante, ¿le da mucha más
fuerza escuchar a estos buenos músicos en el escenario mientras está
bailando?
Hasta
decirte que cuando muchas veces estábamos ensayando y yo los veía
un poco de fuera y veía el espectáculo haciéndolos ellos solos, yo
pensaba ¿ya para qué voy a salir a bailar? Si la están formando
ellos solos. La verdad es que he tenido la suerte de rodearme de una
cuadrilla muy buena.
¿Qué
siente usted al ser el relevo más directo de esa estirpe a la que
pertenece?
La
verdad es que no pienso mucho en eso, porque si se piensa ya te
distraes con otras cosas y no estás en lo que estás. Pienso en
seguir aprendiendo y seguir bailando.
Su
hermano Farru ya está reconocido como un gran bailaor a nivel
mundial, pero El Carpeta viene también pegando fuerte, ¿no?
Hombre,
ese es peligroso (risas). La verdad es que sí, gracias a Dios
tenemos la suerte de que todavía tenemos en casa gente que le gusta
el flamenco.
¿A
qué artistas antiguos admira más Farruquito? ¿Y con respecto a los
actuales?
Pues
gracias a mi padre, que era Juan 'El Moreno', un cantaor aficionado
muy bueno, aprendí a aficionarme al cante. Entonces desde pequeño
he escuchado a los más grandes como Tomás Pavón, la Niña de los
Peines o Vallejo. Cada artista tiene sus cosas que admirar, no se
puede decir solamente que haya uno que me guste más que el otro
porque como soy aficionado al flamenco en general es muy difícil
quedarse con uno porque cada persona su grandiosidad y su arte. De
los actuales me pasa lo mismo, por ejemplo los cuatro cantaores que
van conmigo en mi compañía, aunque canten para bailar son muy
buenos cantaores.
¿Qué
opina un bailaor tan puro del flamenco fusión?
Pues
yo no lo he hecho nunca porque no me ha apetecido, pero cuando veo
algo que está bien hecho me gusta más que algo que está hecho por
el simple hecho de ir a la moda que hay con el flamenco fusión y hay
gente se sube al carro. Pero cuando se hace algo en condiciones yo le
digo olé porque a mí me gusta la música.
¿Qué
otro tipo de músicas le gustan a Farruquito?
Yo
siempre he escuchado de todo, excepto las músicas duras como yo le
digo al heavy metal. En mi casa tengo música de Michael Jackson,
siempre lo he escuchado, Louis Armstrong, Aretha Franklin, también
música clásica como Joan Sebastian Bach y también a Falla. Me
enriquezco con estas cosas porque la música siempre te enseña
cosas, lo que pasa es que siempre he hecho flamenco porque creo que
es lo que mejor sé hacer.