Manuel Gerena derrocha
sinceridad y continúa sin callarse las injusticias de este mundo.
Arrastrado por los vientos del pueblo, elevó su voz prohibida contra
el franquismo y hoy reivindica un reparto más equitativo y justo
entre los artistas flamencos de las ayudas de la Consejería de
Cultura. Mantiene la cabeza alta, como su puño, y recuerda las
cortapisas del régimen franquista por su cante protesta. Presume de
tener 6 libros de poemas escritos, 34 discos grabados y 3.000
conciertos “en el pellejo”. Amigo íntimo de Rafael Alberti, el
cantautor flamenco continúa haciendo nueva al son del viejo cante.
- ¿Siguen
vigentes las protestas que realizaba hace cuarenta años?
Desgraciadamente
sí. Cualquier disco mío antiguo que peleó con el pecho descubierto
contra Franco continúa vigente porque ya no está el caudillo, pero
son temas que siguen sonando contra los miles de caciques que hay en
cada rincón de nuestro país que abusan de su poder desde su
silloncillo y juegan con ese gran desigualdad que teníamos en la
época de Franco.
-
¿Quién ha puesto más trabas a su cante?
Curiosamente
estando Fraga de ministro del Interior en 1976 me prohibió más que
Franco. Me mandó una carta personal a mi casa diciéndome que me iba
a devolver el pasaporte y mi mujer me lo llevó a las mazmorras de la
Gavidia en Sevilla porque estaba allí detenido durante 72 horas
porque había cantado por cojones para miles de personas con un
megáfono a las puertas del Teatro Lope de Vega ya que teníamos
10.000 entradas vendidas. No tenían cojones de tocarme y no se
atrevían a meterme en la cárcel porque se agolpaba la gente en la
puerta de la comisaría. De eso nos valíamos.
Gerena, la voz prohibida como dijo Bohórquez
-
Su última queja es contra la Agencia del Flamenco porque según
usted otorga las ayudas siempre a los mimos, ¿en qué consiste ese
manifiesto de la Asociación de Artistas Flamencos?
Es
un escrito que hemos elaborado un grupo de amigos que estamos con un
gran descontento porque las ayudas siempre se las dan a los mismos.
Yo he peleado por otras democracias, no por ésta, en una democracia
en la que estamos, lo que precisamente tiene que prevalecer es la
igualdad. No ocurre así y hemos hecho un manifiesto que ha firmado
muchos artistas y miles de personas que apoyan la causa. La Agencia
se ha equivocado totalmente porque se le está cayendo todo este
asunto y es una vergüenza que sea a través de un partido llamado de
izquierdas.
-
¿Cree que deberían más letras comprometidas en el flamenco y
no repetir siempre las mismas? ¿Falta protesta en el cante?
Un
compañero tuyo me dijo una vez que la pena más grande es que no hay
“nuevos Gerenas”. No porque dijera que yo soy un fenómeno, sino
porque lo que toda mi vida he hecho ha sido escribir para cantar y
hacer nueva palabra al son del viejo cante. La gente está
encasillada en los textos antiguos, que está muy que se haga toda la
raíz del cante de ayer para que no se pierda, pero es importante
cambiarle la palabra cada vez que se pueda.
-
¿Falta personalidad e innovación en los jóvenes artistas?
La
gente joven tendría que dedicarse más a hacer cosas nuevas, pero
muchas veces la culpa no la tienen ellos porque en los concursos los
obligan a hacer los cantes igual que Tomás Pavón y eso es lo que yo
llamo “calcamales”, no se puede calcar. Un artista tiene que
cantar con su sentimiento y hacer las cosas de la gente de ayer, pero
con su corazón y sello propio porque si no será uno más. Habría
que tomar ejemplo de Enrique Morente que evolucionó la música.
-
¿Se ha marginado a los cantautores de la libertad?
Desde
la democracia, el Gobierno de España los ha fusilado culturalmente
hablando. Eso es otro hecho negativo porque los que hemos llenado
campos de fútbol y plazas de toros en pro de libertad a pecho
descubierto contra el franquismo, ahora llegan unos señores y se
hacen los falsos héroes. Muchísimos les han dado la espalda a los
cantautores de la libertad como Lluis Llá, Raymon, Paco Ibáñez, mi
amigo Labordeta, Luis Pastor, Elisa Serna o Pablo Guerrero.
-
¿Qué recuerdos conserva de su gran amigo Rafael Alberti?
Nos
conocimos en 1970 en París donde vivía Picasso y yo canté allí.
Después me invitó a su casa a Roma y me entregó ese poema que me
dedicó. Ha estado conmigo en mi pueblo, La Puebla de Cazalla. Hice
recitales con él que leía poemas y yo cantaba por el sur de Italia
hasta que la Policía italiana me retiró el pasaporte.